Que Paloma Ortiz esté al frente de un nuevo restaurante mexicano en Barcelona es un triunfo asegurado para el cliente que busca un bocado auténtico y bien ejecutado de la gastronomía más famosa de Norteamérica. La cocinera, autora del libro Día de Muertos: Recetas y Tradiciones (Larousse, 2024), que anteriormente había trabajado en el restaurante Vraba, en el también mexicano Oaxaca y en la taquería Takearte, lidera en Gràcia un proyecto para el grupo Mudo (Bar Mut, Entrepanes Díaz, Muti Club) que lleva su nombre: Paloma.
Pero Paloma no es solo el nombre de la cocinera y del restaurante, sino que también corresponde a un cóctel en tendencia, a base de tequila, zumo de lima y refresco de pomelo, que aquí lo preparan como aperitivo, para acompañar la comida o como sobremesa, junto con micheladas, margaritas, mezcalita y otras bebidas clásicas de la coctelería mexicana y también de innovadoras, diseñadas para dar todavía más vida a la barra de cócteles que preside el espacio. Por descontado, una selección de vinos bien encontrada, con amplitud de copas y una elección breve y directa por botella, con una oferta diversa de vinos de Jerez, hecha por el sumiller del grupo y de la Bodega Solera, Guillermo Leal, permite disfrutar de los sabores complejos de la cocina mexicana.
La propuesta de Paloma quiere ser informal y cercana sin perder un gramo de calidad en el producto y buena técnica en los fogones
La propuesta de Paloma quiere ser informal y cercana sin perder un gramo de calidad en el producto y buena técnica en los fogones, con una propuesta de platos ya bien conocidos, como el guacamole (probablemente, uno de los mejores de la ciudad), el aguachile verde de lubina a la sal o la tostada de atún, pero con otras opciones que reivindican la historia de la cocina mexicana, como la ensalada Cèsar, inventada en un hotel de Tijuana, que hacen un twist acertado, como en la coliflor al pastor, y que defienden la tradición culinaria de todo el país, como el Vuelve a la vida de mariscos, ideal como isotónico para el estómago en cualquier momento y especialmente después de alguna noche larga y excesiva, o el taco de pescado estilo Ensenada, rebozado y sabroso, tal como su congénere cárnico, de arrachera a la brasa con patatas fritas.
Y todavía más, porque en la carta de Paloma se ven algunas opciones menos habituales en nuestra tierra, como la gordita de suadero y queso Oaxaca o las flautas de carne, patatas y chorizo, donde la tortilla de maíz envuelve en forma de cigarro este relleno que está lleno de sabor y textura.
La oferta, tan bien pensada que es corta, pero completa, acaba con dos postres
Por si fuera poco, hay una sección con tres platos fuertes a compartir, muy acompañados con tortillas calentitas: el pescado zarandeado, condimentado y a la brasa, el chamorro pibil y el osobuco con mole negro. Escogerás uno y al probarlo es muy probable que saques el teléfono, mires la agenda y hagas sitio para venir a disfrutar de uno de los otros.
La oferta, tan bien pensada que es corta, pero completa, acaba con dos postres: un buen flan regado con dulce de leche, una elaboración tradicional en México aunque los argentinos la reclamen como exclusiva, y un bol de fresas con crema, que siempre es la mejor manera de disfrutarlas cuando es temporada.