Situado en pleno corazón de Sant Cugat, concretamente en la plaza de Sant Pere, encontramos el restaurante ChiBarri, un local pequeño pero muy acogedor ubicado en la planta baja de uno de los edificios históricos que bordean la plaza, con unos grandes ventanales por donde entra el sol y una terraza bajo la arcada muy agradable en caso de que prefieras estar en el exterior para airearte y, de paso, no perder detalle de lo que sucede en la plaza.
Dejadme que os diga que no saco el agua clara de la historia del edificio en cuestión; me llega información de que es uno de los edificios más antiguos del pueblo y que había alojado la Fonda Garriga, pero otros conocidos me comentan que muchos años atrás había allí una funeraria, vete a saber. Lo cierto es que, actualmente, los amigos Alberto Chimeno y Àlex Barrio, uno en la sala y el otro en la cocina, este pasado septiembre celebraron entre familia y amigos los cinco años de su apertura y hay que felicitarles, tal como está la cosa
Es jueves al mediodía y el restaurante está prácticamente lleno. Sentado en la esquina del comedor que da a la plaza, saboreo una copa de La Huella de Aitana, un vino rosado con DO Navarra elaborado con monovarietal de garnacha, un vino fácil de beber que podría parecer un blanco en una cata a ciegas.
Pues bien, tal como decía, este par de amigos de toda la vida que, además, coincidieron en la misma empresa durante unos años, decidieron montar el ChiBarri, como es obvio, para ganarse la vida, pero también para disfrutarla. Por eso mismo abren todos los mediodías pero solamente dos noches —jueves y viernes—, para lograr así la tan deseada conciliación laboral y familiar
Álex, que pasó por la Escola d'Hostaleria de Barcelona, tiene diseñada una carta con platillos para compartir; por lo tanto, es importante pedir un par como mínimo para no quedarse con hambre.
Empiezo la fiesta con una coca de hojaldre dulce con anchoas del Cantábrico y mantequilla de pimienta rosa y unos torreznos de Soria que están para chuparse los dedos.
Si paseas por el barrio antiguo de Sant Cugat, no lo dudes, el restaurante ChiBarri es tu sitio, no le des más vueltas
Alberto me comenta que tan pronto compran el pescado en la Barca de l'Helios, en Sant Cugat, como se lo traen directamente de Girona. Ambas pescaderías manejan pescado muy fresco y de una calidad excelente. Lo compruebo personalmente con los mejillones bouchot a la marinera y los berberechos, que acompañamos de pan con tomate que compran en el horno Complet de Sant Cugat; es un pan artesano tipo chapata, integral y elaborado con masa madre.
En el Chibarri acostumbran a tener siempre un arroz a la carta que puede ser, según el día, de gamba roja, de setas o de costilla de cerdo. El caso es que te seducen a cada plato. Es el caso de los ceps salteados con foie o la dorada salvaje a la plancha con ajo y perejil
Alberto me comenta que los platos más demandados son el salmón soasado, es decir, calentado unos segundos con el soplete, con mayonesa de wasabi y ponzu, y el solomillo de vaca como un falso tartar, prácticamente crudo pero marcado a la sartén y marinado con sake y soja.
La parte dulce no decepciona. Así, disfruto del chocolate con aceite y sal y las trufas de chocolate. Si paseas por el barrio antiguo de Sant Cugat, no lo dudes, el restaurante ChiBarri es tu sitio, no le des más vueltas.
