Cuando llega el verano y el calor aprieta, lo último que apetece es encender el horno. Pero eso no significa renunciar a los postres, especialmente si hablamos de opciones refrescantes, ligeras y con ese punto ácido que tanto apetece en días calurosos. Una de las mejores soluciones es una tarta fría de queso y limón, perfecta para endulzar sin agobiar. Esta receta combina la cremosidad del queso con la intensidad del limón y se presenta sobre una base clásica de galletas que le da un toque único a este pecado dulce. ¿El resultado? Un postre que se disfruta bien frío, con una textura suave y una combinación de sabores realmente deliciosa, ideal para cerrar cualquier comida o disfrutar como merienda especial estas próximas semanas.
Tarta de queso y limón sin horno
Por si esto fuese poco, se prepara en pocos pasos y sin necesidad de ser un experto en repostería, lo que la convierte en una opción rápida, fácil y muy vistosa.

Ingredientes para una tarta de 8 porciones:
Para la base:
- 200 g de galletas tipo Digestive
- 100 g de mantequilla derretida
Para la crema de queso y limón:
- 400 g de queso crema (tipo Philadelphia, ricotta o mascarpone)
- 120 ml de nata líquida para montar
- 100 g de azúcar
- Zumo y ralladura de 2 limones
- 5 g de gelatina en hojas (unas 2 hojas y media)
- 30 ml de leche para disolver la gelatina
Para la cobertura de ganache de chocolate blanco:
- 100 g de chocolate blanco troceado
- 50 ml de nata líquida
Esta tarta fría de queso y limón se conserva bien hasta 4 días
El primer paso consiste en preparar la base: tritura las galletas y mézclalas con la mantequilla derretida. Coloca esta mezcla en un molde desmontable, presiona bien y refrigera mientras preparas la crema. Para esta, hidrata la gelatina en agua fría durante 5 minutos, calienta la leche y disuelve en ella la gelatina escurrida. En un bol grande, bate el queso con el azúcar, el zumo y la ralladura de los limones. Añade la gelatina disuelta y la nata, mezclando suavemente hasta obtener una textura homogénea. Vierte sobre la base y deja cuajar en la nevera al menos 3 horas.

Una vez cuajada, prepara la ganache calentando los 50 ml de nata y vertiéndolos sobre el chocolate blanco picado. Remueve hasta que se derrita por completo y cubre la tarta. Refrigera otros 30 minutos y ya lo tendrás listo para servir. Esta tarta fría de queso y limón se conserva bien hasta 4 días en la nevera y es perfecta para quienes buscan algo dulce, pero refrescante. Sin horno, sin complicaciones y con un sabor que nunca falla en verano.