Raventós i Blanc demuestra su compromiso con los viticultores y el territorio subiendo el precio de compra de la uva hasta los 1,10 €/kg. Esta nueva cifra supone un incremento del 10% sobre el precio de compra de la pasada vendimia y es el precio fijado para la compra de uva cogida a mano, proveniente de viñas viejas eco en vaso de la Cuenca del Río Anoia. Se han comprado en torno a 700.000 kg de uva, mayoritariamente de viña vieja vas, todo y que también de uva de viñas emparradas de entre 25 y 30 años de macabeo y moscatel (en 0,90 €/kg en este caso); y, en menos medida, de parellada (en 0,85 €/kg) y malvasía de Sitges (en 1 €/kg). Todo, uva ecológica.
Una apuesta en el año más difícil de la historia
Cambiar con el paradigma. Cambiar la historia y apostar por una manera de hacer que ame la tierra, que se preocupe y dé apoyo al productor, al viticultor. El enólogo y director general de la bodega, Pepe Raventós, afirma en declaraciones a ElNacional.cat que "es fundamental cuando haces vino, escuchar el territorio y los productores. Es la manera de crear una marca y de hacer valor. Al fin y al cabo, este precio es la manera de simbolizar, pagar y valorar su trabajo. Es el esfuerzo de su trabajo año tras año. La relación que tenemos con ellos es la de una alianza fuertísima".
Sobre la dificultad para tomar esta decisión, el enólogo lo tiene claro: "sí que es fácil tomar esta decisión. No se ha valorado durante los últimos 40 años el trabajo del viticultor y, por lo tanto, la uva. Este es el gran problema del Penedès; de hecho, es un gran defecto de base", concluye. "Todo es una espiral que crece a partir de la calidad de la uva. Una vez tenemos eso, hay marcas, hay proyectos y hay prestigio por todo el mundo. Está mucho la cultura del sabelotodo y queremos erradicar esta práctica poco responsable y poco ética. Queremos construir una base que apueste por el territorio y la responsabilidad, siguiendo el modelo de La Borgoña," resalta Raventós.
Mantener la expresión máxima del origen
Así, Raventós y Blanc ya pagaba 0,5 €/kg de uva en el 2005, en el 2017 el precio era de 0,7 €/kg y en el 2022 subió hasta 1 €/kg. Con estos incrementos, la voluntad de la bodega es dar continuidad al trabajo manual en la viña, en la cosecha con balances óptimos y a mantener la expresión máxima del origen. Todo, con el objetivo de conseguir vinos espumosos de máximo prestigio y reconocimiento al mundo. La subida actual hasta los 1,10 €/kg, marcada en parte por las bajas producciones a consecuencia de la sequía, es también un paso más en la lucha de Raventós i Blanc con el sueño de conseguir el reconocimiento oficial de una nueva DON Cuenca del Río Anoia.
"La vendimia del 2024 puede ser una catástrofe"
"Hemos tenido una sequía desconocida que no habíamos visto nunca. En general, nuestras tierras han sufrido mucho, pero variedades como el moscatel, el sumoll o la malvasía de Sitges se han comportado sorprendentemente bien, manteniendo la calidad y su sabor característico. No obstante, lo que nos preocupa es el futuro de las plantas. No podremos podar en invierno, habrá muchas cepas que no brotarán el próximo año", anticipa Pepe Raventós. ¿La solución? Fácil, raso y corto. "Es primordial que llueva en las próximas semanas, si no sería una hecatombe. Si se repite un año de pluviometría y sequía como el del 2023, tendremos un 2024 catastrófico", reconoce el director general de la bodega. De esta manera, pues, "se evidencia que nuestra decisión de seguir subiendo el precio hace que sea difícil para una pequeña empresa y demuestra que el compromiso es más firme que nunca. Es un camino que no podemos abandonar y si tenemos que estrechar el cinturón será hacia otros lados, pero no en el hecho de pagar el precio del kilo de la uva", finaliza Raventós.