¿Sabías que puedes comprar lagarto en la carnicería y que no tiene nada que ver con el reptil? En un vídeo publicado en la cuenta de Instagram de la Carnisseria Colom Vila de Manlleu, nos explican la curiosa historia de este nombre que está triunfando entre los clientes. El lagarto de cerdo es una pieza que ha ganado popularidad gracias a su sabor, su versatilidad y su facilidad de cocción. El nuevo nombre ha despertado la curiosidad de muchos, pero detrás de él hay una pieza tradicional de la carne de cerdo que lleva mucho tiempo conquistando mesas.
Lagarto de cerdo: qué es
En el vídeo, el carnicero muestra con detalle de dónde sale exactamente esta pieza. El lagarto se encuentra junto al lomo del cerdo, entre las costillas y el espinazo, y es un músculo alargado y tierno que destaca por su jugosidad y sabor. No es una parte demasiado conocida por el público general, pero quienes la prueban suelen repetir. Es una carne magra, con una infiltración de grasa muy fina que le da el equilibrio perfecto entre sabor y textura, ideal para cocinarla de múltiples maneras sin que pierda su jugosidad.

Una de las formas más sencillas y sabrosas de prepararlo es partirlo, abrirlo y hacerlo a la sartén, tal y como recomiendan desde la carnicería. En pocos minutos se consigue una carne dorada por fuera y tierna por dentro, perfecta para acompañar con verduras, patatas o una simple ensalada. Es la opción ideal para los días en que se busca algo rápido pero con sabor casero.
Otra forma muy original es darle forma de caracola, ensartarlo en una brocheta y hacerlo a la brasa o a la parrilla. El resultado es espectacular: el lagarto se cocina uniformemente, se mantiene jugoso y adquiere ese aroma irresistible del fuego o las brasas. Además, su presentación enrollada le da un toque vistoso, perfecto para reuniones o barbacoas.
El lagarto se encuentra junto al lomo del cerdo, entre las costillas y el espinazo
La tercera opción que nos proponen desde Colom Vila es cortarlo en dados, marinarlo o adobarlo y saltearlo para servir como pica-pica. En este formato, el lagarto se convierte en un bocado tierno y lleno de sabor, ideal para compartir o como tapa. Se puede marinar con especias, hierbas o incluso con un toque de salsa de soja o vino blanco para darle un punto más intenso.
Este corte demuestra que la tradición y la innovación pueden convivir en la carnicería moderna. Cambiar el nombre a “lagarto” no solo ha ayudado a llamar la atención, sino también a poner en valor una pieza humilde, deliciosa y muy versátil. En tiempos en los que los consumidores buscan tanto sabor como sencillez, el lagarto de cerdo se ha convertido en uno de esos secretos bien guardados de los carniceros que merece salir a la luz.