En ocasiones pensamos que ir al supermercado es la forma más cómoda y segura de comprar alimentos, pero algunas prácticas levantan serias dudas. El carnicero alicantino conocido como @el_as_carnicero ha querido lanzar una advertencia a través de sus redes sociales, aunque sabe que puede generar críticas. En un vídeo viral explica lo que él denomina “el timo de la compresa”, una práctica que considera un engaño hacia los consumidores. Según su relato, las bandejas de carne que encontramos en muchos supermercados esconden un truco: en el fondo llevan una especie de almohadilla absorbente que, antes de colocarse, se moja ligeramente en agua. Así, esa compresa pesa entre 15 y 20 gramos más, un detalle casi imperceptible que, multiplicado por miles de bandejas, supone lo que él llama un robo silencioso.
Un carnicero alerta sobre "el timo de la compresa"
El carnicero lo explica con la experiencia de un amigo suyo que trabajaba en la preparación de estas bandejas. Al empapar previamente la compresa, el peso añadido se suma al de la carne, lo que significa que el cliente acaba pagando por unos gramos que no son carne real. Puede parecer una cantidad mínima, pero en la práctica equivale a cobrar de más por un producto básico. Para él, esta estrategia es un ejemplo de cómo las grandes superficies ponen por delante el beneficio frente a la confianza del consumidor. Y lo cierto es que el vídeo ha despertado un intenso debate: ¿se trata de una estafa organizada o simplemente de una técnica para conservar mejor la carne?

Desde su punto de vista, la cuestión es clara. “Te están robando carne”, afirma sin titubeos. La denuncia busca, sobre todo, concienciar a quienes hacen la compra de que no todo lo que brilla en la sección de frescos es oro. El propio carnicero insiste en que no se trata solo de un tema de gramos, sino de transparencia y honestidad. La confianza en lo que compramos es fundamental, y por eso recomienda acudir a la carnicería tradicional, donde el trato es directo, la báscula está a la vista y no hay trucos escondidos bajo una compresa empapada.
En una carnicería tradicional, no hay trucos escondidos
El discurso conecta con una crítica más amplia al modelo de consumo actual. En un mundo donde la mayoría de la gente busca rapidez y comodidad, las grandes superficies aprovechan cada detalle para aumentar el margen de beneficio. Pero ese ahorro de tiempo puede traducirse en pérdida de calidad y, según él, en un pago injusto. Su consejo es apostar por el comercio de proximidad, donde la carne se corta al momento, sin bandejas ni añadidos sospechosos, y donde cada cliente puede preguntar y comprobar exactamente qué está comprando.
La denuncia del “timo de la compresa” ha servido para abrir una conversación incómoda pero necesaria. ¿Cuántos otros trucos desconocidos se esconden en los lineales del supermercado? Este carnicero alicantino ha conseguido que miles de personas miren con otros ojos esas bandejas perfectamente presentadas. Con su mensaje quiere dejar claro que la carne debe pagarse por lo que es, sin sorpresas ni añadidos, y que la mejor garantía sigue siendo confiar en el carnicero de toda la vida, donde el peso real y la calidad son lo único que importa.