Abrir la nevera y encontrarse con alimentos olvidados, envases a medio usar y productos que ya no recordamos cuándo compramos es una escena demasiado habitual en muchos hogares. Ese pequeño caos cotidiano es una de las principales causas del desperdicio alimentario doméstico, un problema que en países desarrollados alcanza cifras alarmantes. En Japón, donde una gran parte de los alimentos son importados, tirar comida no solo supone una pérdida económica, sino también un impacto ambiental enorme. Precisamente allí ha surgido un método sencillo, visual y muy consciente para organizar la nevera, que no busca la perfección estética, sino algo mucho más importante: evitar que la comida termine en la basura sin haber sido utilizada.

El método japonés para organizar la nevera

El enfoque japonés parte de una idea tan simple como potente: hacer visible lo que está a punto de estropearse. En lugar de esconder los productos más delicados en el fondo del frigorífico, se propone reservar un espacio claramente identificado para los alimentos con fecha de caducidad cercana. Para ello se utilizan cintas llamativas, de colores vivos, que delimitan una zona específica o se colocan directamente sobre los envases. El objetivo no es ordenar por categorías, sino llamar la atención del ojo cada vez que se abre la puerta de la nevera, obligándonos casi sin darnos cuenta a tomar decisiones más responsables.

Cómo organizar la nevera / Foto: Unsplash
Cómo organizar la nevera / Foto: Unsplash

Otro elemento clave de este sistema son las bandejas transparentes sin tapa, colocadas en zonas visibles. En ellas se agrupan los alimentos que deben consumirse pronto, evitando que queden ocultos detrás de otros productos. Esta simple acción reduce el clásico “me olvidé de que estaba ahí” y convierte la nevera en un espacio mucho más intuitivo y funcional. No se trata de comprar más comida, sino de aprovechar mejor la que ya tenemos.

Se propone reservar un espacio claramente identificado para los alimentos con fecha de caducidad cercana

Pero el método japonés va un paso más allá e introduce un componente emocional muy interesante. Cuando un alimento acaba en la basura, se propone colocarle una etiqueta simbólica con un mensaje de disculpa. Este gesto, aparentemente anecdótico, busca generar conciencia y reflexión. Pararse unos segundos antes de tirar comida ayuda a interiorizar el problema y a relacionarlo con cuestiones más amplias como el cambio climático, el uso de recursos y el dinero desperdiciado.

Formas de organizar la nevera / Foto: Unsplash
Formas de organizar la nevera / Foto: Unsplash

Los resultados de aplicar estas pequeñas acciones han sido muy reveladores. En comunidades donde se pusieron en práctica, el desperdicio de alimentos se redujo de forma notable, mientras que en zonas sin intervención siguió aumentando. Curiosamente, no todos usaron todas las herramientas, pero el simple hecho de hablar del problema y tenerlo presente ya generó cambios reales en los hábitos diarios.

Este enfoque conecta directamente con el concepto japonés de mottainai, una palabra que expresa el pesar por desperdiciar algo valioso. Aplicado a la cocina, significa respetar los alimentos, entender su valor y consumirlos con mayor atención. Y lo mejor es que no hace falta vivir en Japón ni esperar campañas oficiales: cualquiera puede empezar hoy mismo, con una bandeja, un poco de cinta y una mirada más consciente hacia su propia nevera.