Abrir un paquete de espaguetis es uno de esos gestos automáticos de cocina que casi nadie se cuestiona, pero que dicen mucho de cómo nos relacionamos con la despensa y con los pequeños problemas cotidianos del hogar. Durante años hemos asumido que la única manera lógica de acceder a esta pasta alargada y rebelde era romper el envoltorio por la parte superior, como si se tratara de un paquete de arroz o de legumbres. Sin embargo, basta con detenerse un momento y observar el caos que se genera después para entender que quizá llevamos toda la vida haciéndolo mal, acumulando paquetes deformes, abiertos de forma irregular y difíciles de cerrar, ocupando más espacio del necesario y complicándonos algo tan sencillo como guardar comida.
La mejor manera de abrir y guardar los espaguetis
El problema de los espaguetis no es solo cómo se abren, sino cómo conviven en la despensa con el resto de alimentos. Son largos, estrechos, rígidos y poco flexibles, una combinación poco amigable para estanterías pensadas para paquetes más compactos. Esto hace que sobresalgan, se doblen o queden mal colocados, creando ese desorden silencioso que todos hemos sufrido alguna vez. A ello se suma que, una vez abierto el paquete por arriba, sacar la cantidad justa de pasta se convierte en un pequeño ejercicio de paciencia, con espaguetis que se desparraman o se parten sin querer.
Curiosamente, la solución no es nueva ni sofisticada, pero sí inesperada. En lugar de abrir el paquete por la parte superior, como dicta la costumbre, lo más práctico es hacerlo a lo largo, siguiendo la forma natural del producto. Basta con tumbar el paquete, hacer un pequeño corte en uno de los extremos y deslizarlo cuidadosamente hasta el otro. El resultado es un acceso mucho más limpio, cómodo y lógico, que respeta la longitud de la pasta y facilita su manipulación diaria.
Este gesto tan simple cambia por completo la experiencia. Al abrir el paquete de este modo, los espaguetis se pueden coger con la mano de forma precisa, sin que se escapen ni se rompan, y el cierre posterior se vuelve sorprendentemente fácil. Una goma, un trozo de cinta o incluso el propio pliegue del envase bastan para mantenerlos protegidos y ordenados. Además, el paquete queda más plano, más estable y mucho más amigable con la despensa, ocupando menos espacio y evitando ese efecto de bulto incómodo que todos conocemos.
En Italia la pasta forma parte del día a día
No es casualidad que esta forma de abrir los espaguetis sea habitual en Italia, donde la pasta forma parte del día a día y donde la funcionalidad en la cocina se aprende casi por ósmosis. Allí, la despensa manda, y los gestos se afinan con el uso. Adoptar este pequeño truco no solo mejora el orden, sino que también introduce una forma más consciente y eficiente de cocinar, demostrando que a veces los grandes cambios empiezan por algo tan simple como cortar un paquete por donde nunca se te habría ocurrido.
