Hay pocas bebidas que representen tan bien el espíritu festivo y refrescante de México como la michelada. Ese cóctel sencillo y a la vez sabio, mezcla perfecta entre cerveza fría, jugo de limón, salsas y un toque picante, ha conquistado las terrazas, los bares y los corazones de medio mundo. Pero para preparar una michelada como un auténtico mexicano, hay que entender que no se trata solo de echar ingredientes al azar: es una combinación de equilibrio, frescura y picardía que refleja la manera mexicana de disfrutar la vida. Porque sí, se puede hacer una michelada en cualquier parte, pero solo en México se consigue esa mezcla exacta entre sabor y actitud.

Cómo preparar la michelada como un auténtico mexicano

La base de toda michelada es, por supuesto, una buena cerveza rubia y bien fría. En México, lo habitual es usar marcas ligeras, tipo lager, que se mezclan mejor con el resto de sabores. El primer paso consiste en preparar el vaso, y ahí es donde empieza la magia. Se escarcha el borde con limón y sal, o incluso con una mezcla de chile en polvo y sal, para que el primer sorbo tenga ese golpe sabroso y ácido tan característico. En el fondo del vaso se exprimen los limones, se añade unas gotas de salsa inglesa, un chorrito de salsa picante, un toque de jugo Maggi y una pizca de sal. Algunos añaden también salsa de soya, lo que le da un matiz más oscuro y profundo.

Michelada mexicana / Foto: Unsplash
Michelada mexicana / Foto: Unsplash

Después viene la parte más importante: verter la cerveza lentamente para que no pierda el gas y se mezcle con los sabores sin formar demasiada espuma. El resultado debe ser un líquido espumoso, ligeramente turbio, de color ámbar rojizo. En muchas regiones de México, la michelada también lleva unas gotas de jugo de tomate o clamato, lo que la convierte en una versión más contundente, perfecta para acompañar mariscos o incluso como remedio para la resaca. De hecho, hay quien dice que la michelada “cura el cuerpo y el alma” después de una noche intensa.

Cada mexicano tiene su propia versión y su secreto personal

Hay muchas versiones de la michelada / Foto: Unsplash
Hay muchas versiones de la michelada / Foto: Unsplash

Por supuesto, cada mexicano tiene su propia versión y su secreto personal. Algunos usan cubitos de hielo para mantenerla más fría, otros agregan rodajas de pepino o apio para darle un toque refrescante. En los estados del norte, es común añadir polvo de chile o tajín directamente en la bebida, lo que le da un sabor más potente y picante. Y aunque en otros países se intenta imitar, la auténtica michelada se reconoce por su equilibrio entre acidez, picor y amargor, sin que ninguno domine al otro. Así que ya sabes: si quieres preparar una michelada como un auténtico mexicano, no te limites a seguir una receta. Hazlo con pasión, con alegría y sin miedo al picante. Porque más que una bebida, la michelada es una celebración líquida de todo lo que hace grande a la cocina mexicana.