En los días de calor intenso, mantener la comida en buen estado pasa de ser un simple gesto de cocina a convertirse en una auténtica medida de seguridad alimentaria. Las bacterias como Salmonela, E. coli, Listeria, Campylobacter o Yersinia se multiplican con rapidez cuando las temperaturas suben, por lo que una buena conservación y un control de la temperatura son clave para evitar intoxicaciones. Según expertos en tecnología de alimentos, los alimentos cocinados no deben permanecer a temperatura ambiente más de una hora si hace mucho calor. Además, es fundamental que la nevera esté por debajo de los 5 °C y que el congelador se mantenga en al menos -18 °C para impedir la proliferación de microorganismos.

Cómo conservar la comida en días de calor

Una de las claves esenciales está en organizar bien los alimentos dentro del frigorífico. Las carnes y pescados crudos deben colocarse en la zona más fría (generalmente, la parte baja), ya que son los más propensos a contaminarse por su riqueza en nutrientes. En cambio, las frutas y verduras pueden ir en el cajón inferior, a una temperatura menos fría. Los lácteos y huevos deben colocarse en la parte alta del frigorífico, nunca en la puerta, porque los cambios de temperatura provocados por abrir y cerrar facilitan la entrada de bacterias a través de los poros del huevo. Tampoco deben lavarse antes de refrigerarlos, ya que la humedad superficial puede hacer que las bacterias penetren en el interior.

La comida cocinada, como una tortilla, un pollo guisado o un filete empanado, debe guardarse en la nevera como máximo a los 30-60 minutos de haberse cocinado. Si está jugosa, como una tortilla al estilo Betanzos, es mejor consumirla inmediatamente. Una tortilla bien cuajada puede conservarse 48 horas refrigerada sin problema.

La tortilla debe guardarse máximo una hora más tarde de haberla cocinado / Foto: Unsplash
La tortilla debe guardarse máximo una hora más tarde de haberla cocinado / Foto: Unsplash

Respecto a los tiempos: los fiambres duran entre 3 y 5 días, las carnes cocinadas entre 3 y 4, la carne cruda entre 2 y 4, el pescado fresco solo 1 o 2, y el arroz o la pasta cocinados, solo un día. Superado ese tiempo, aumenta el riesgo. Si se recalienta una comida, debe alcanzar 70 °C en su centro durante al menos dos minutos. Un cambio de color suele ser una señal visual de que ha llegado a la temperatura correcta.

Un frigorífico abarrotado enfriará peor / Foto: Unsplash
Un frigorífico abarrotado enfriará peor / Foto: Unsplash

Un frigorífico muy lleno enfriará peor que uno con espacio entre los alimentos

También hay que tener cuidado con las verduras cortadas o peladasdeben conservarse siempre en frío. Y a la hora de transportarlas desde la tienda, es fundamental mantenerlas separadas de carnes, pescados y productos de limpieza. Además, un frigorífico muy lleno funciona peor, así que conviene dejar espacio entre los alimentos y evitar el contacto directo entre crudos y cocinados para prevenir contaminaciones cruzadas. Con estos hábitos, es posible mantener la comida segura y deliciosa, incluso en los días más calurosos del verano.