La Festa Major de Gràcia ha dado este jueves el pistoletazo de salida oficial con la lectura del pregón, que ha vuelto a convertir la plaza de la Vila en un punto de encuentro multitudinario. Considerada la celebración más popular de Barcelona después de la Mercè, este año llega marcada por la conmemoración del 175.º aniversario de la independencia del barrio, una efeméride que añade simbolismo al inicio de las fiestas. La encargada de hacer el pregón ha sido la escritora e historiadora Maria Garganté, que ha dado el punto de partida a una semana de cultura popular, calles adornadas y actividades para todos los públicos. A pesar del ambiente festivo, la cita ha vuelto a ser escenario de las protestas habituales: pitadas, gritos y pancartas contra la masificación turística, la gentrificación y la clase política han ido dirigidos contra las autoridades municipales. Proclamas como "PSC, desahuciadores" han mantenido vivo el espíritu reivindicativo que acompaña desde hace años este acto inaugural.
El pregón llega después de que, en la edición pasada, algunas actividades se vieran afectadas por la cancelación a raíz del conflicto entre grupos, y recupera así la plena normalidad del programa festivo. A pesar de eso, el ambiente reivindicativo no ha quedado al margen. Las protestas contra las autoridades municipales, ya convertidas en una imagen habitual de los últimos años, han vuelto a marcar el acto. Si en el pasado figuras como Ada Colau o el entonces concejal Eloi Badia vivieron momentos tensos, este año Bonet ha sido nuevamente el blanco de las críticas. Antes incluso de que empezara el pregón, algunos vecinos le han dedicado gritos de "fuera del barrio", y en el momento que ha aparecido en el balcón de la sede del distrito, en la plaza de la Vila, las pitadas y los cánticos se han intensificado.
Con respecto al pregón, Garanté ha reivindicado que "la fiesta es un momento extraordinario" y que la Festa Major puede convertirse en "un acto de resistencia colectiva contra el imperialismo ideológico". La autora del libro Santificaràs les festes ha subrayado también que estas celebraciones son "una carta de identidad para la comunidad que las vive" y ha hecho un llamamiento a "velar por el mantenimiento de la identidad comunitaria en un contexto de globalización implacable". Su discurso, alineado con los postulados de muchas entidades sociales de Gràcia, ha sido lo único que ha recibido aplausos del público, que lo ha celebrado como un reconocimiento al tejido asociativo del barrio. Garganté ha cerrado su intervención con la proclama que marca oficialmente el inicio de la fiesta: "Visca Gràcia i visca la Festa Major!".

Así pues, a partir de este acto inicia una semana de propuestas de todo tipo y para todos los públicos, como el tradicional concurso de adornados, que cada año premia la vía más espectacular según la votación popular. 23 calles y plazas competirán por este reconocimiento con propuestas que van desde homenajes a los Beatles, el universo Star Wars o la cultura hawaiana, hasta montajes con un claro mensaje de denuncia sobre el encarecimiento de la vivienda o la crisis climática. Esta edición también mira atrás para rendir homenaje a la historia del barrio: la calle Fraternitat y la plaza de la Vila recibirán una placa conmemorativa por sus más de cien años de participación ininterrumpida. Además de los adornados, la fiesta se completa con una agenda repleta de actividades de cultura popular y conciertos repartidos por todo el distrito.
Cuatro décadas de tradición
El pregón es el acto que da el pistoletazo de salida oficial a la Festa Major de Gràcia y, tal como se conoce actualmente, se remonta al año 1986, cuando la actriz y directora Sílvia Munt fue la pregonera desde el Centre Artesà Tradicionàrius. Aquel formato se repetiría solo un año, ya que en 1987 se trasladó a la plaza de la Revolució y, finalmente, encontró su ubicación definitiva en el balcón del Ajuntament, en la plaza de la Vila. Aunque hay referencias de pregones anteriores, este modelo consolidado a mediados de los ochenta es el que se ha mantenido hasta hoy. Paralelamente, desde hace años convive con un pregón alternativo, organizado por entidades y colectivos como la plataforma Gràcia Viva, que se celebra justo antes en la casa vecina en la sede del distrito. Este segundo pregón, de marcado tono reivindicativo, es un espacio para la protesta y la denuncia social, y se ha convertido también en parte de la tradición de Gràcia.