La pasta, en todas sus variedades, es una de las comidas más versátiles, socorridas y aplaudidas. Es rápida de preparar, económica (en la mayoría de sus versiones) y le gusta a todo el mundo. El gran problema a la hora de preparar la pasta es acertar con las cantidades y es que es fácil acabar con el doble de cantidad de la que necesitas.
A dedo
El primer consejo y el más sencillo es: “Ese puñado que añades al final porque dudas, ¡sobra!” Pero como la cosa no va de puñados, vamos a fijarnos en lo que dicen los expertos para tener a mano un truco más fiable y que no requiera de pesos o medidores, que así se pierde toda la gracia y algo de tiempo.
Tan fácil como poner la yema de tu dedo índice en la articulación del pulgar. Ese pequeño hueco que queda es una ración de espaguetis. Si necesitas dos, solo tienes que unir las dos yemas de los dedos
La cuenta @vibrantelatino, que publica recetas, trucos de limpieza y algunas ideas de cocina, comparte en sus redes una técnica tan simple que seguro que no te puedes creer no haberla visto antes. En uno de sus vídeos muestra cómo calcular la cantidad exacta de espaguetis usando solo tu mano como referencia. Tan fácil como poner la yema de tu dedo índice en la articulación del pulgar. Ese pequeño hueco que queda es una ración de espaguetis. Si necesitas dos, solo tienes que unir las dos yemas de los dedos. ¿Sois más? Suma y multiplica hasta dar con la ración adecuada, siempre teniendo en cuenta que es una ración generosa y que los “por si acaso” son lo que te hacen terminar con pasta de más en la basura.

¿Y los macarrones?
Estos también son problemáticos y parece que se reproducen en el agua hirviendo. La solución que aportan @vibrantelatino también es bien sencilla. Un plato hondo de macarrones crudos es el equivalente a dos raciones ya cocinadas. Esto se podría aplicar a otros tipos de pasta, como los lazos o las espirales. No tanto en las que son más huecas debido a que en esa medida habrá mucho aire.
Si a pesar de todo el cálculo todavía te sobra pasta, lo mejor es guardarla ya cocida pero sin mezclar con la salsa. Así aguantará mejor en la nevera y no se pasará de textura
Si a pesar de todo el cálculo todavía te sobra pasta, lo mejor es guardarla ya cocida pero sin mezclar con la salsa. Así aguantará mejor en la nevera y no se pasará de textura. Solo tienes que escurrirla bien, añadirle un chorrito de aceite para que no se pegue y guardarla en un recipiente hermético. También recomiendan enjuagarla primero para quitar el almidón y evitar así que no se pegue. Cuando quieras comerla, puedes darle un golpe de calor en la sartén o sumergirla unos segundos en agua hirviendo para que recupere su punto. Y si no tienes prisa, conviértela en una ensalada fría o en un salteado rápido con lo que tengas a mano. Lo bueno de la pasta es que hay mil y una recetas y nunca te aburres de probar ideas nuevas. Así que, si sobra, ¡aprovecha!