Si acostumbras a llevar tejanos o vaqueros (o alguna vez los has llevado), seguro que te has fijado en alguna ocasión en esos pequeños botones metálicos que no son exactamente botones, ni tampoco simple decoración. ¿Sabes para qué sirven? Estos pequeños remaches, a menudo de cobre o de algún metal resistente, tienen una razón de ser tan práctica como brillante —y su historia empieza mucho antes que la moda urbana o los catálogos de Zara. En la sección veraniega de ElNacional.cat, La Tumbona, te explicamos esta curiosa historia.
 

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¿Para qué sirven los botones metálicos de los pantalones tejanos?

La historia nos lleva hasta 1873, a los Estados Unidos. En aquel momento, los tejanos no eran ropa de moda, sino uniformes de batalla diaria para mineros, granjeros y trabajadores del ferrocarril. Pantalones que tenían que soportar suciedad, calor, peso y desgaste constantes.

Aquí entra en escena Jacob Davis, un sastre que recibía constantes quejas porque los bolsillos de los pantalones se descosían con facilidad. Era el punto débil, especialmente cuando los trabajadores los sobrecargaban con herramientas. Entonces tuvo una idea tan sencilla como genial: reforzar las zonas de más tensión con remaches metálicos. La cosa funcionaba tan bien que propuso a Levi Strauss, un empresario de ropa de trabajo, patentar el sistema juntos. Y así nació el primer par de tejanos "de verdad", con número de patente incluido.

Todavía hoy, esos pequeños remaches metálicos tienen la misma función: aguantar el desgaste y evitar que las costuras se rompan en las zonas más comprometidas, como los bolsillos frontales. Aunque los materiales han mejorado y las técnicas de costura también, los tejanos siguen siendo una prenda muy exigida, y estos pequeños héroes metálicos todavía hacen su trabajo en silencio.

Eso no quiere decir que la moda no haya dejado también su huella. Con el tiempo, el detalle metálico se ha vuelto casi identitario de los tejanos, una especie de sello visual. Pero su origen es tanto funcional como antiguo: están lejos de ser un simple capricho estético. Así que, la próxima vez que te pongas unos tejanos y notes ese pequeño botón metálico junto al bolsillo, piensa que no está ahí solo para quedar bien. Es un pedazo de historia, una solución obrera, y una prueba más de que el buen diseño es el que ni se nota... pero funciona. Quizás ya lo sabías. Pero si no, ahora que lo sabes, seguro que mirarás tus pantalones con otros ojos.

Cómo lavar los tejanos para evitar el desgaste

Eso sí, una cosa es que los tejanos estén hechos para durar... y otra es maltratarlos en la lavadora como si fueran trapos viejos. Si quieres alargarles la vida y mantener el color, aquí van algunos consejos de manual (o mejor dicho, de la calle):

  • Lávalos poco y con cabeza. No hace falta meterlos en la lavadora tras cada uso. De hecho, los expertos recomiendan esperar entre 5 y 10 puestas (o más, si no huelen mal ni tienen manchas).
  • Dales la vuelta antes de lavar. Eso ayuda a proteger el tinte y evita que se desgasten las zonas con más roce, como las rodillas o la parte trasera.
  • Usa agua fría y un programa suave. Los tejanos no necesitan agua caliente. Solo conseguirás que pierdan color y que la tela se desgaste más rápido.
  • No los seques en la secadora. Déjalos secar al aire, preferiblemente en posición horizontal para que no se deformen. La secadora puede encogerlos y dañar tanto las costuras como —sí— los remaches metálicos.
  • Evita jabones agresivos. Usa detergentes suaves, preferiblemente especiales para ropa oscura o delicada.

Con estos pequeños gestos, tus tejanos te pueden durar años, aguantando cambios de moda, conciertos, viajes y domingos en el sofá... sin perder el tipo.