Aunque Donald Trump ha aflojado mínimamente durante la primera parte de este fin de semana la presión a Volodímir Zelenski, asegurando que su última propuesta de paz de 28 puntos elaborados por la Casa Blanca para poner punto final a la guerra con Rusia no era definitiva e incluso que el ultimátum para aceptarla del jueves era modificable, es evidente que el presidente norteamericano ha vuelto a abrir, de la mano de Rusia, una crisis en la dirección equivocada. Las palabras de Zelenski respecto al plan de paz de Trump no son, en este caso, una exageración, sino un dilema real: "Ucrania se enfrenta a una decisión difícil: perder su dignidad o un socio clave [Estados Unidos]", ha señalado el presidente ucraniano como conclusión bastante exacta a un acertijo imposible.
El borrador de la propuesta de paz de Trump que se ha filtrado se asemeja más a una carta de Vladímir Putin a los Reyes Magos que una transacción equilibrada tras cuatro años de conflicto armado. Así, se propone que Kiev ceda territorios a Rusia, renuncie a cualquier aspiración de unirse a la OTAN y limite el tamaño de sus fuerzas armadas a 600.000 efectivos. El plan exige que las fuerzas ucranianas se retiren de las zonas del este de Donetsk que controlan actualmente y esta zona de retirada se considerará una franja neutral desmilitarizada, reconocida internacionalmente como territorio perteneciente a la Federación Rusa. Los principales líderes europeos —el canciller alemán Friedrich Merz, el presidente francés Enmanuel Macron y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer— que tratan de ejercer una especie de tutela sobre Zelenski, sin ser señalados directamente por Trump, consideran que esta propuesta está muy lejos de poder ser aceptada.
Aunque este domingo se han intensificado las reuniones en Ginebra entre la delegación norteamericana, que encabeza el secretario de Estado Marco Rubio, y la delegación ucraniana, las únicas declaraciones relevantes las ha protagonizado Zelenski, que ha insistido en que la matanza en Ucrania debía detenerse. Como ya sucedió en la propuesta de paz de Oriente Medio, actualmente vigente, Trump ha presentado su propuesta en solitario, ha forzado a las partes aliadas a sentarse bajo el riesgo de enemistarse con Estados Unidos y a pronunciarse con una gran prudencia aunque se sientan desplazados, incómodos y ninguneados. El presidente norteamericano busca así un efecto similar: satisfacer a la parte más fuerte del conflicto —en Oriente Medio, Israel, y aquí, Rusia— imponiendo la mayor parte de sus condiciones.
Zelenski se enfrenta así a una de sus semanas más difíciles: intentar defender Ucrania sin provocar a Donald Trump y evitar una derrota diplomática
Para ello, no desaprovecha cualquier ocasión para doblegar a la delegación más débil, aunque sean, aparentemente, sus aliados. Así, mientras las delegaciones estaban reunidas en Ginebra, aprovechó su red, Truth Social, para empujar hacia el acuerdo a los dirigentes ucranianos, a los que ha acusado de ingratos por no valorar los esfuerzos de Estados Unidos, y, de paso, atacar a sus socios europeos, a los que acusó de doble moral por continuar comprando petróleo a Rusia. Zelenski se enfrenta así a una de sus semanas más difíciles: intentar defender Ucrania sin provocar a Donald Trump y evitar una derrota diplomática que dejara a los ucranianos en una posición más debilitada de la que han logrado en el largo conflicto militar tras la invasión de febrero de 2022.
