No recuerdo un funeral de las víctimas de una tragedia como la de la DANA, en el País Valencià, en que haya habido tanto consenso en señalar al responsable de lo que sucedió aquel 29 de octubre de 2024, en que murieron 229 personasCarlos Mazón ha acabado convirtiéndose en un personaje tóxico que reúne lo peor de lo que es hoy en día la política: la insensibilidad ante el dolor ajeno, la negativa permanente a explicar la verdad de lo que sucedió en aquellas horas y la vergüenza de permitir que 160 cargos del Partido Popular le ovacionen en pie durante un minuto en su declaración institucional. Hace ya tiempo que este asunto se le fue de las manos al Partido Popular y a su presidente, Alberto Núñez Feijóo.

Porque uno se puede poner de perfil en muchas cosas y los políticos tienen todo un catálogo de circunstancias en que así suelen hacerlo. Pero cuando una serie de fallos en el mejor de los casos o de actuaciones irresponsables y, quién sabe si penales, en el peor, desembocan en una pérdida de vidas humanas tan elevada, uno tiene que asumir su responsabilidad política. Por decencia y por respecto a las víctimas. Y si no lo hace, como es el caso de Mazón, y se agarra al cargo, los que están por encima no se lo tienen que permitir. No hay cálculo electoral que valga ni estrategia posible para remontar la situación. Hay que apartarse, aunque solo sea por pudor.

Durante un año, se le ha permitido a Mazón esquivar la dimisión con la excusa de la reconstrucción, algo que tampoco se está produciendo al ritmo previsto ni con el acompañamiento que las familias necesitan. Las permanentes y constantes manifestaciones en València recordando aquella tragedia y el dolor expresado por las víctimas, que se extiende mucho más allá de los damnificados, por la falta de asunción de responsabilidades políticas, impide pasar página al País Valencià. No habrá catarsis hasta que Mazón dimita o sea cesado, y las familias no podrán iniciar un tiempo nuevo mientras el president de la Generalitat Valenciana continúe en el cargo.

No habrá catarsis hasta que Mazón dimita o sea cesado y las familias no podrán iniciar un tiempo nuevo mientras continúe en el cargo

No es suficiente con que las altas autoridades del Estado le hagan el vacío en las reuniones con los familiares de las víctimas y se le restrinja la entrada. Tampoco no es suficiente con que se le exijan explicaciones de aquellas horas en el restaurante El Ventorro, ni de su negligente gestión, ni situarlo en tercera fila del funeral de Estado, como si se tratara de un apestado y no de la máxima autoridad en el País Valencià. Tampoco, que reconozca un año después de la DANA y por primera vez que hubo cosas, de su gestión del temporal, que deberían haber funcionado mejor. La justicia ya tomará sus decisiones, pero el tiempo de la política para hacerlo no puede eternizarse como se está haciendo.