¿Con qué alimento asociamos a Catalunya? Seguramente con más de uno, pero sin embargo el calçot es uno de ellos. Una verdura que tiene una larga tradición gastronómica en Cataluña, ya que lleva el nombre de una de las celebraciones sociales de la comunidad: la Calçotada. Este alimento, además de su magnífico sabor (especialmente mezclado con la clásica salsa romesco), tiene diferentes propiedades y beneficios para las personas.

Un alimento con poca grasa y mucha agua

El calçot se forma replantando cada brote de una cebolla blanca. A medida que los brotes van creciendo, se van calzando, por lo que la superficie del suelo se cubre, sus fondos se vuelven blancos y, una vez cocidos, están listos para comer. Mediante este proceso, el fondo del calçot se vuelve blando y tiene un sabor único. La época del calçot se inicia más o menos en noviembre y continúa hasta la primavera, con lo que es durante estos meses cuando podemos disfrutar de las propiedades probióticas de este alimento. 

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Calçot, un clásico de la gastronomía catalana

¿Y qué propiedad y beneficios nos aporta el calçot?

Para empezar, se trata de un vegetal que tiene muy pocas calorías, algo que seguramente ya de por sí es un reclamo para mucha gente. El calçot contiene abundante agua, minerales y vitaminas, con lo que es un nutriente más que aconsejable. Con lo que el poco aporte de grasa es algo que caracteriza el calçot y más que positivo, igual que los puerros o las cebollas.

Como hemos apuntado, el aporte de fibra es más que significativo en los calçots, con lo que tiene un efecto saciante, con la cual cosa comiendo menos cantidad nos saciaremos antes. Un aspecto ligado al aporte de fibra es que se trata de un alimento fácil de digerir, con lo que nuestro tránsito intestinal queda muy bien regulado. Además, el calçot nos ayuda a combatir el colesterol y los triglicéridos en la sangre, aspectos importantes para muchos.

Los calçots son algo que se come muchas veces entre amigos o en familia, y se suele acompañar de carne u otras verduras, ya que se aprovecha la brasa que se hace. Además, si hablamos del calçot en sí mismo, la salsa romesco es la acompañante perfecta, ya sea elaborada artesanalmente o comprada ya hecha. Eso sí, si estamos buscando la versión más saludable del calçot la encontramos cuando lo cocinamos al horno.