La relación entre la alimentación y el cáncer lleva muchos años siendo investigada, pero ahora acaba de recibir un espaldarazo definitivo con un nuevo estudio del MIT, que analizó dos dietas diferentes para comprobar cómo afectan a las células cancerosas y ofrece una explicación de por qué la restricción de calorías puede retrasar el crecimiento tumoral.

La investigación examinó los efectos de una dieta restringida en calorías y una dieta cetogénica en ratones con tumores pancreáticos. Si bien ambas dietas reducen la cantidad de azúcar disponible para los tumores, los investigadores encontraron que solo la dieta restringida en calorías reducía la disponibilidad de ácidos grasos, y esto estaba relacionado con una desaceleración del crecimiento tumoral.

Según los expertos, las conclusiones justifican más estudios para determinar cómo las intervenciones dietéticas podrían combinarse con medicamentos existentes o emergentes para ayudar a los pacientes con cáncer. “Hay mucha evidencia de que la dieta puede afectar a la rapidez con que progresa el cáncer, aunque no sea una cura”, asegura Matthew Vander Heiden, director del Instituto Koch para la Investigación Integrativa del Cáncer del MIT y autor principal del estudio.

Vander Heiden, quien también es oncólogo médico en el Instituto de Cáncer Dana-Farber, dice que sus pacientes a menudo le preguntan sobre los posibles beneficios de varias dietas, pero no hay suficiente evidencia científica disponible para ofrecer un consejo definitivo. Muchas de las preguntas dietéticas que los pacientes tienen se centran en una dieta restringida en calorías, que reduce el consumo de calorías entre un 25 y un 50 por ciento, o una dieta cetogénica, que es baja en carbohidratos y alta en grasas y proteínas.

PescadoEstudios anteriores han sugerido que una dieta restringida en calorías podría ralentizar el crecimiento tumoral en algunos contextos, y se ha demostrado que dicha dieta prolonga la vida útil en ratones y muchas otras especies animales. Un número menor de estudios que exploran los efectos de una dieta cetogénica sobre el cáncer no han arrojado resultados concluyentes.

Las células cancerosas consumen una gran cantidad de glucosa, por lo que algunos científicos habían planteado la hipótesis de que la dieta cetogénica o la restricción calórica podrían ralentizar el crecimiento del tumor al reducir la cantidad de glucosa disponible. Sin embargo, los experimentos iniciales del equipo del MIT en ratones con tumores pancreáticos mostraron que la restricción de calorías tiene un efecto mucho mayor en el crecimiento del tumor que la dieta cetogénica, por lo que los investigadores sospecharon que los niveles de glucosa no estaban jugando un papel importante en la desaceleración.

Para profundizar en el mecanismo, los investigadores analizaron el crecimiento tumoral y la concentración de nutrientes en ratones con tumores pancreáticos, que fueron alimentados con una dieta normal, cetogénica o restringida en calorías. Tanto en los ratones cetogénicos como en los restringidos en calorías, los niveles de glucosa bajaron. En los ratones con restricción calórica, los niveles de lípidos también disminuyeron, pero en los ratones con dieta cetogénica, aumentaron.

La escasez de lípidos impide el crecimiento tumoral porque las células cancerosas necesitan lípidos para construir sus membranas celulares. Normalmente, cuando los lípidos no están disponibles en un tejido, las células pueden producir los suyos. Como parte de este proceso, necesitan mantener el equilibrio adecuado de ácidos grasos saturados e insaturados, lo que requiere una enzima llamada estearoil-CoA desaturasa (SCD). Esta enzima es responsable de convertir los ácidos grasos saturados en ácidos grasos insaturados.

Tanto las dietas cetogénicas como las restringidas en calorías reducen la actividad de la SCD, pero los ratones con la dieta cetogénica tenían lípidos disponibles en su dieta, por lo que no necesitaban usar SCD. Sin embargo, los ratones con una dieta restringida en calorías no podían obtener ácidos grasos de su dieta ni producir los suyos propios. En estos ratones, el crecimiento tumoral se ralentizó significativamente, en comparación con los ratones con dieta cetogénica.