El Consejo de Ministros que el gobierno español quiere celebrar en Barcelona el 21 de diciembre movilizará a mil agentes de la policía española y la Guardia Civil y a 8.000 de los Mossos d'Esquadra, mil policías más que los desplegados por el ministerio del Interior francés en París para controlar la concentración de "chalecos amarillos" del pasado fin de semana. Se ve que este Consejo se tiene que hacer y se hará en Barcelona, caiga quien caiga, ni que sea en el lugar desaconsejado por el mando de los Mossos.

Este Consejo es otra oportunidad para los diarios madrileños de insistir en el relato del independentismo violento, insurrecto, rebelde. No aceptan la versión, made in Barcelona, limitada a insinuar que el Govern de la Generalitat lo encabeza un activista teledirigido desde Waterloo que apuesta por balcanizar suavemente el conflicto —aquello de la "vía eslovena", de la que primero se hablaba como "un baño de sangre" y ahora se quedó en "una parodia".

Demasiado tarde. Los diarios de Madrid no están para insinuaciones ni para cuentos eslovenos. No hacen prisioneros. Han decidido saltarse la relación con la realidad y el significado de las palabras. Para comprobarlo basta leer el titular más surrealista del día, en La Razón, que habla de un "ejército" de 6.000 CDR que "recluta a la guerrilla del 21-D" en una misma frase que no tiene ni pies ni cabeza –ni, respecto al periodismo, ningún dato o hecho que la sostenga. ¿Un ejército reclutando a una guerrilla? Uno se imagina el consejo de redacción donde se decidió este titular y, si es benévolo, le viene a la cabeza la escena del camarote de los hermanos Marx. Por suerte, los titulares tienen que ser breves y/o no se les ha ocurrido cómo encajar en ese "terrorismo", "comandos", etcétera.

ABC llama Grupos de Acción Rápida a este "ejército" –o "guerrilla" o lo que sea– y dicen que son 8.000. Ni en la cifra se ponen de acuerdo. Campa cavallo mio, che l'erba cresce o, en vernáculo, ancha es Castilla.

El primero en inventarse los fantásticos Grupos Autónomos de Acciones Rápidas (GAAR) fue El Español, el digital de Pedro J. Ramírez, hace un par de días. Sus lectores todavía están esperando cuál es la fuente fiable de esta historia, cosa que no ha impedido a casi todos los diarios de Madrid, impresos y digitales, que repliquen sin cesar. Para hacerla corta: este hilo de Twitter explica dónde nace la fábula. Tú mismo/a.

Estas delirantes mistificaciones darían risa si no fuera porque las compra también El País, que habla de los GAAR en pie de igualdad con "otras organizaciones independentistas como la ANC y Òmnium" —también en la misma frase, sin pestañear.

Desde hace unos días, El País comenta la situación en Catalunya utilizando lenguaje bélico, cuartelero. "Los CDR llaman a dar la batalla el viernes", dicen hoy. Hace cinco días, en un editorial escrito con la misma solemnidad de un atestado, decía que hay "bandas de disciplina paramilitar que, proclamando defender una república que no existe, intentan amedrentar a cualquiera que desmienta su quimera de una Cataluña monolítica". Caramba. Es una sensibilidad editorial que no tuvieron para hablar de los asaltantes de la librería Blanquerna en Madrid, de los grupos de encapuchados que descuelgan pancartas en pro de los presos políticos o lazos amarillos, e intimidan a la gente, o de los que interrumpieron la presentación de un libro de Pablo Iglesias y Enric Juliana en La Central, entre otros.

Todas estas historias y opiniones sin documentar tienen una relación más bien escasa con la realidad y con esa manera de ocuparse de ella que es el periodismo. ¿De qué se trata, entonces? El hilo conductor de todo es presentar a Catalunya como un país imposible, ingobernable, insurrecto, para justificar ante los españoles y la Unión Europea propuestas como la que José María Aznar ofrece hoy en una entrevista en El Mundo: una "intervención a fondo de la autonomía catalana, sin límite de tiempo y de todas sus instituciones". Al lado de Aznar, el 155 resulta de una moderación loable. Ya nos vamos entendiendo.

Hay más consecuencias. Extender el miedo y la angustia, por ejemplo. Un periodista navarro que desde hace años ejerce en Barcelona lo resume en este tuit:

Los diarios barceloneses son todo un contraste. En la portada de El Periódico, ni palabra. Ara explica las intenciones declaradas del movimiento indepe. La Vanguardia, también. Se cuida, sin embargo, de colocar la foto de los mossos que ocupan la sede del departament d'Interior en demanda de mejoras laborales. En el pie tienen buen cuidado de recordarte que "la protesta podría afectar al dispositivo para el Consejo de Ministros del 21-D". Pues eso. Campa cavallo mio, che l'erba cresce.

Ilustración: Metel levantando el asedio de Centobrica (Armand Charles Caraffe, 1805)