La creciente rivalidad geopolítica y tecnológica entre los Estados Unidos y China, especialmente en la carrera por la exploración lunar y espacial, ha vivido un nuevo episodio con la decisión de la NASA de bloquear el acceso de ciudadanos chinos a sus instalaciones, sistemas y redes, incluso a aquellos que tienen visados válidos para trabajar o colaborar con la agencia. Esta medida afecta contratistas, estudiantes y científicos de origen chino y se ha implementado repentinamente, impidiéndoles entrar físicamente en los centros de la NASA, conectarse a sus sistemas de datos o participar en reuniones tanto presenciales como virtuales. La agencia ha justificado esta decisión como una medida interna para proteger su trabajo, en un contexto de creciente competencia entre los dos países, con el gobierno de Pekín avanzando en un ambicioso programa que incluye misiones a la Luna y a Marte.

La portavoz de la NASA, Bethany Stevens, declaró que la medida tomada por la agencia buscó "garantizar la seguridad de los trabajos" desarrollados por la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio) (en inglés, National Aeronautics and Space Administration). En concreto, explicó que se trata de una decisión interna para proteger la información, las instalaciones y los sistemas de la agencia, motivo por el cual se restringió el acceso de ciudadanos chinos a las instalaciones físicas y digitales.

La medida también profundiza la brecha en la cooperación científica y limita la participación de chinos en programas académicos y de investigación en los Estados Unidos, influida por preocupaciones estratégicas y de seguridad sobre el control de los recursos lunares y tecnológicos. Además, la exclusión de ciudadanos chinos en la NASA es parte de un contexto mayor de tensiones y restricciones en áreas científicas y tecnológicas entre los dos países. Los astronautas chinos ya están excluidos de la Estación Espacial Internacional (EEI) por el hecho de que Washington ha prohibido a la NASA compartir sus datos con Pekín.

Una carrera estratégica y económica en el espacio

El administrador interino de la NASA, Siguin Duffy, afirmó que "China quiere volver a la Luna antes que los EE.UU., lo cual no sucederá", aseguró. La competencia entre los dos países no se limita a quien llega antes a la Luna, sino que es una guerra estrategia y económica, para controlar sus recursos del satélite natural de la tierra, que contiene minerales, tierras raras, metales como el hierro y el titanio, y también helio, que se utiliza en todo tipo de productos, desde superconductores hasta equipos médicos. Los Estados Unidos, con la llegada de Trump al poder, no está dispuesto a perder esta carrera, tanto la que se refiere al retorno a la Luna, prevista para el 2026 con el programa Artemis, así como la de ser los primeros a llegar a Marte. El objetivo principal del programa Artemis es establecer una presencia humana sostenible en la Luna para finales de la década de 2020, con el fin de preparar las futuras misiones tripuladas a Marte.

"Un grave riesgo para el país"

La medida de la NASA llega precisamente una semana después de que, en una audiencia del Senado, los legisladores enfatizaron la necesidad de que astronautas de los Estados Unidos lleguen a Luna antes que los chinos. "China no ha ocultado sus objetivos", declaró al senador republicano Ted Cruz. "Si nuestros adversarios consiguen capacidades espaciales dominantes, representaría un grave riesgo para los Estados Unidos... lo que está en juego es inmenso", advirtió. Cruz es un senador republicano por el estado de Texas y un político clave en los esfuerzos por fortalecer y modernizar la NASA desde su estado, buscando situar a Houston en el corazón de la explotación espacial norteamericana. El senador ha impulsado proyectos para asegurar fondos adicionales para la NASA, incluyendo la financiación de misiones lunares y la reubicación de la nave espacial Discovery en Houston. Cruz se significa para manifestar la preocupación por la competencia espacial con China, destacando que el espacio es ahora una frontera estratégica con implicaciones para la seguridad nacional y liderazgo tecnológico.

Donald Trump, por su parte, también ha reconocido que la prioridad es volver a la Luna antes que China y que los Estados Unidos tiene que dominar el espacio" y no sólo tener presencia. También impulsó la creación de la Fuerza Espacial como una nueva rama militar para asegurar la supremacía de los EE.UU. en el espacio, afirmando que "no queremos que China y Rusia nos lleven la delantera". Bajo su administración, se propuso un presupuesto que reorienta a la NASA hacia la exploración humana, con especial énfasis en Marte, aunque con recortes significativos en misiones científicas y la Estación Espacial Internacional. Trump también ha expresado la intención de enviar astronautas estadounidenses a Marte en el futuro y establecer una presencia continua en la Luna, con planes de alunizaje y la creación de un campamento basión lunar como preparativo para la misión en Marte.