Aquello que empezó como una simple aplicación de vídeos virales y retos adolescentes se ha convertido en uno de los conflictos más importantes entre los Estados Unidos y China. TikTok, la plataforma más popular entre los jóvenes norteamericanos, ha estado en el centro de tensiones geopolíticas y regulatorias durante meses, con amenazas de veto y cuatro prórrogas antes de llegar a un acuerdo definitivo. La solución aprobada esta semana por Washington y Pekín asegura que TikTok seguirá operando en los EE.UU., pero bajo un modelo de propiedad completamente reestructurado.

Según los términos del acuerdo, ByteDance, la empresa china responsable de TikTok, reducirá su participación al 20%, mientras que un consorcio de inversores americanos asumirá el 80% restante. Esta nueva entidad será la responsable de controlar el algoritmo y gestionar los datos de los usuarios locales.

¿Quién controlará el algoritmo?

Oráculo, con Larry Ellison al frente, tendrá un papel clave en la supervisión de la seguridad de la plataforma, replicando el sistema de recomendación sin que ByteDance tenga acceso a los algoritmos ni a la información sensible. Así, los usuarios norteamericanos tendrán que migrar a una nueva versión de TikTok adaptada a esta estructura.

Entre los inversores americanos que supervisarán la plataforma destacan nombres muy vinculados al entorno político de Donald Trump. Además Ellison, forman parte del consorcio Michael Dell, fundador de Dell Technologies, y Rupert y Lachlan Murdoch, propietarios de Fox, canal que ha sido un altavoz clave del discurso trumpista. También continuarán como accionistas Jeff Yass, cofundador del fondo Susquehanna, y William Ford, CEO de General Atlantic, junto con capital del fondo emiratí MGX y del norteamericano Silver Lake.

La Casa Blanca ha subrayado que seis de los siete miembros de la nueva junta serán americanos y que el algoritmo de recomendación se operará íntegramente desde los EE.UU., garantizando que la plataforma no pueda ser utilizada como herramienta de propaganda para ningún gobierno extranjero.

Un acuerdo con un claro componente político

TikTok se ha convertido en un instrumento estratégico para Trump, que pasa de querer bloquear la aplicación durante su primer mandato a utilizarla como un canal directo para llegar a votantes jóvenes. Esta transformación recuerda el caso de X (antes Twitter), comprada por Elon Musk, que en solo dos años se convirtió en un altavoz de las ideas conservadoras y un instrumento para campañas de desinformación. Y es que, según destaca El Confidencial, los analistas señalan que TikTok, bajo la supervisión de los nuevos inversores y con el algoritmo controlado en los EE.UU., podría seguir un patrón similar, amplificando mensajes políticos favorables al trumpismo.

La decisión llega en un momento de gran tensión legislativa. El año pasado, el Congreso norteamericano aprobó una ley que prohibía aplicaciones controladas por "adversarios extranjeros", con especial atención en ByteDance por su vinculación con el gobierno chino, una relación que la empresa siempre ha negado. Trump ha sido clave en esta operación, no solo dando apoyo al acuerdo, sino también estableciendo que los inversores americanos paguen una comisión de 14.000 millones de dólares para garantizar la continuidad de la aplicación. Según la Casa Blanca, se trata de una medida para asegurar la "seguridad nacional" y el control sobre una plataforma que se considera estratégica para el futuro político y tecnológico del país.