El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha pedido "una investigación completa" del incidente que ocurrió el miércoles pasado en València, donde un grupo de estudiantes judíos franceses provenientes de un campamento de verano, fueron desalojados de un avión de la aerolínea Vueling antes de iniciar el trayecto hacia París.
En un comunicado inicial después de la expulsión del grupo de adolescentes, la compañía aérea aseguró que la tripulación del vuelo "respondió exclusivamente a un comportamiento que comprometía la integridad del vuelo, así como la seguridad de los pasajeros y de la operativa en su conjunto". Además, Vueling indicó que los jóvenes expulsados del vuelo València-París manipularon los chalecos salvavidas y las máscaras de oxígeno, ocasionando "un alto riesgo para la aeronave, los pasajeros y la tripulación".
La Oficina para la Supervisión y la Lucha contra el Antisemitismo, dependiente del Departamento de Estado, ha publicado un breve mensaje en las redes sociales indicando que "están siguiendo de cerca las informaciones según las cuales el miércoles pasado pasajeros judíos fueron expulsados de un vuelo y maltratados en España. Seguimos en contacto con las autoridades competentes y las comunidades afectadas, y pedimos que se investigue a fondo los hechos", ha concluido el comunicado.
El viernes pasado, Vueling publicó un comunicado en sus redes sociales donde explicaba que los jóvenes fueron expulsados del avión "únicamente por seguridad", ya que, según el escrito: "Durante el vuelo VY8166, un grupo de adolescentes adoptó un comportamiento disruptivo y una actitud de confrontación e infringió lo que dispone el artículo 41 de la Ley 21/2003, de Seguridad Aérea". Estos comportamientos incluían "intentos de coger los chalecos salvavidas, manipular las máscaras de oxígeno situadas en el techo y retirar el cilindro de oxígeno de alta presión, así como interrumpir la demostración de seguridad", añadió la compañía.
Vueling, con este contundente comunicado, quería desmentir cualquier otra motivación, ya que el incidente se extendió por todo el mundo y la compañía recibió muchas acusaciones de "antisemitismo". La aerolínea negó rotundamente estas calificaciones antijudías y, en el comunicado, negaron con contundencia "cualquier afirmación que relacione la decisión de nuestra tripulación con la expresión religiosa de los pasajeros involucrados, la cual respetamos absolutamente", concluía el comunicado en todas sus redes sociales.