Israel y Hamás, con la mediación de Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía, firmaron el acuerdo para implementar la primera fase del plan de paz de Donald Trump para Gaza en la madrugada de este jueves, y el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu debe aprobar esta tarde el acuerdo que permitirá traer de vuelta a los 48 rehenes, 20 de los cuales aún están vivos. Una vez que entre en vigor la implementación del acuerdo, se procederá a la suspensión total de las hostilidades de manera bilateral, cosa que no ha sucedido aún, dado que la Defensa Civil de Gaza ha reportado varios bombardeos israelíes en el norte de Gaza después del anuncio del pacto. Este alto el fuego inmediato, recíproco, una vez que entre en vigor oficialmente el acuerdo, debe ser supervisado por los mediadores, Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía. A continuación, se procederá a la liberación de los rehenes israelíes en Gaza y a un intercambio por cerca de 2.000 prisioneros palestinos en Israel, en un plazo fijado de 72 horas tras la aprobación formal pública del acuerdo por las partes. Las fuerzas israelíes deben retirarse hasta una línea acordada como señal de desescalada, y se abrirán corredores humanitarios supervisados por mediadores internacionales para la entrada de ayuda en Gaza.
Las FDI se preparan para el regreso de los rehenes
El gabinete de seguridad de Israel se reunirá a las 17.00 horas (una hora menos en Catalunya) para recibir información sobre el acuerdo de alto el fuego en Gaza, y el gobierno en pleno de Netanyahu se reunirá después para votarlo. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han informado a través de las redes sociales que “acogen con satisfacción la firma del acuerdo por el regreso de los rehenes que se firmó durante la noche” y que el jefe del Estado Mayor conminó a todas las fuerzas, tanto en las líneas del frente como en la retaguardia, “a preparar defensas sólidas y estar listas para cualquier escenario”. Al mismo tiempo, el jefe del Estado Mayor (el teniente general Eyal Zamir) “ordenó prepararse para liderar la operación de regreso de los rehenes, que se espera que se lleve a cabo con sensibilidad y profesionalismo”. En un comunicado, las FDI afirman que "los soldados operarán de acuerdo con las órdenes de la escala política y las etapas del acuerdo, y con responsabilidad mientras protegen a nuestros soldados". También subrayan que "continuarán actuando para lograr los objetivos de la guerra y proteger a los ciudadanos del Estado de Israel en todos los frentes".
La liberación de los rehenes israelíes que permanecen en Gaza debe empezar, según el calendario oficial, dentro de las 72 horas posteriores a la ratificación pública del acuerdo, es decir, entre el sábado y el lunes. Algunas fuentes próximas a Hamás, sin embargo, afirman que la cuenta atrás regresiva de las 72 horas no empezará hasta que las tropas israelíes no se retiren de las líneas acordadas en Gaza, lo que debería producirse una vez que el acuerdo sea ratificado por el gobierno de Israel. Primero serán liberados los veinte rehenes que aún están vivos, y posteriormente se prevé la entrega de los cuerpos de los que murieron durante el cautiverio. Según algunas informaciones, Hamás ha empezado a trasladar a los rehenes, que están retenidos en distintos lugares del norte y el centro de Gaza, a localizaciones seguras para preparar su entrega en los próximos días, y se espera que los aproximadamente veinte rehenes vivos sean liberados al mismo tiempo.
El portavoz árabe de las FDI, el coronel Avichay Andraee, ha hecho un llamamiento a los palestinos a que no regresen a Gaza porque regresar es “extremadamente peligroso”, dado que la zona al norte de Wadi Gaza (la parte al norte de la Franja) todavía está definida como zona de combate.
La liberación de los presos palestinos
El acuerdo incluye que Israel deberá excarcelar a cerca de 2.000 presos palestinos, de acuerdo con la lista presentada por Hamás y negociada con los mediadores, que también comenzaría en el plazo de 72 horas establecido tras la oficialidad del acuerdo por Israel. Un alto responsable de Hamás declaró a la agencia AFP que Israel liberará a casi 2.000 prisioneros palestinos a cambio de 20 rehenes vivos: la cifra incluye 250 que cumplen cadena perpetua y otros 1.700 detenidos desde el comienzo de la guerra. Entre ellos, destacan varios líderes y mandos muy conocidos de Hamás, considerados “líneas rojas” para Israel, como Marwan Barghouti, el llamado Nelson Mandela palestino, que es el preso más famoso. Barghouti, que cumple cinco cadenas perpetuas por su liderazgo en la segunda Intifada y por su papel en grupos militantes dentro de Fatah, es visto como un futuro candidato a tener un papel determinante en el futuro político de Gaza. Otros presos que Hamás ha incluido en la lista son Hassan Salameh (46 cadenas perpetuas), Ahmad Sa’adat (35 cadenas perpetuas) y otros altos mandos palestinos condenados por atentados contra Israel. El Canal 14 hebreo ha enfatizado que la liberación de estos presos estratégicos palestinos representa "la futura columna vertebral y la legitimidad del liderazgo palestino", y que "el ambiente en los círculos israelíes es de temor: esto no es solo un intercambio táctico, sino un golpe existencial al sistema de control de la ocupación".
Retirada militar limitada
“Israel retirará sus tropas hasta una línea acordada como primeros pasos hacia una paz sólida, duradera y eterna”, afirmó Donald Trump en el anuncio del acuerdo. Las fuerzas israelíes se replegarán hasta líneas preestablecidas, abandonando ciertas zonas de la Franja de Gaza como señal de desescalada. No obstante, algunas unidades permanecerán en posiciones estratégicas, según precisó el mismo Netanyahu. El primer ministro ha asegurado que la retirada no será total ni inmediata, dado que estas unidades militares israelíes permanecerán para garantizar la seguridad y el control de zonas sensibles dentro de la franja. Netanyahu ha dejado claro que el plan total de desmilitarización de Hamás y la estabilización de Gaza se desarrollará en fases posteriores del acuerdo o, si fuera necesario, por vías militares si Hamás no cumple. La línea de retirada está definida por los negociadores en Egipto y representa un repliegue de las tropas israelíes a zonas acordadas que no impidan la seguridad principal para Israel.
Entrada de la ayuda humanitaria
Uno de los puntos que incluye esta primera fase es la entrada de ayuda humanitaria a través de corredores seguros, y también se permitirá la asistencia masiva a Gaza para atención médica, alimentos, combustible y materiales para la reconstrucción del enclave, en la que Estados Unidos tendrá un papel muy activo. Se ha acordado permitir la entrada diaria de unos 400 camiones con ayuda humanitaria durante los primeros cinco días, con la intención de aumentar esta cantidad en fases posteriores a medida que la situación se estabilice. Hamás ha insistido en que esta apertura sea una señal de buena voluntad para la implementación total del alto el fuego y el respeto al acuerdo. La entrada de esta ayuda será supervisada por los mediadores internacionales (Qatar, Egipto, Turquía) y se garantizará que llegue directamente a la población civil sin interferencias. Estados Unidos ha expresado su compromiso de involucrarse en la reconstrucción estructural y económica de Gaza después de la retirada de las tropas israelíes, asegurando fondos y recursos.
Supervisión internacional de cumplimiento de los acuerdos
Uno de los puntos en los que Hamás ha puesto más énfasis durante las negociaciones es el de tener garantías internacionales, tanto de Donald Trump como de los países que han actuado de intermediarios, de que Israel cumplirá con su parte y respetará el acuerdo, porque uno de los temores es que, una vez que obtenga la liberación de los rehenes, pueda romper la tregua y busque la aniquilación de Hamás, como quieren los partidos más extremistas del gobierno. Los mediadores han actuado como garantes del acuerdo, comprometiéndose a supervisar estrictamente el cumplimiento de los puntos pactados, incluyendo el alto el fuego, la retirada parcial de las tropas israelíes, la liberación de rehenes y presos, así como la entrada de ayuda humanitaria. La comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas y la Unión Europea, ha apoyado el compromiso de los mediadores para que no se produzca una ruptura del alto el fuego y para que las restricciones humanitarias se levanten adecuadamente, con una supervisión internacional constante para evitar incumplimientos. Se han establecido mecanismos de verificación y monitoreo para el cumplimiento del acuerdo, con fases concretas y protocolos para la repatriación de rehenes, el control de la retirada militar y la garantía de acceso humanitario.