Nueva apertura en el Eixample. Una más, pero no como el resto. La actividad del sector de la restauración en este distrito es frenética. No son muchos los locales que consoliden un proyecto nuevo en este rincón de la ciudad porque la competencia es feroz. Hay que hacer las cosas bien y dedicarle mucho sudor, tiempo y esfuerzo; además de tener un colchón económico lo bastante grande para aguantar los primeros meses. Y en el restaurante Desoriente todo eso lo saben muy bien. Después del éxito del local que tienen en el Poblenou, Desoriente abre un nuevo restaurante en el Eixample.
Un chaflán privilegiado
Desoriente se ubica en la Calle València, 201, en la esquina con Enric Granados. El local es pequeño, con dos espacios de comedor muy bien optimizados y una barra en el centro. Los grandes ventanales que dan a la calle hacen que el restaurante sea muy luminoso. La decoración es estridente, pero equilibrada, al más puro estilo de restaurante oriental moderno. Y digo oriental porque no es solo japonés, chino, coreano o tailandés, sino que lo es todo al mismo tiempo. Neones azules, baldosas negras y otros elementos decorativos que dan un toque juvenil y agradable al ambiente.

Desoriente es un restaurante vegano. Pero no uno de aquellos veganos militantes que hacen bandera de serlo, sino un vegano como podría ser una taberna vasca, una trattoria italiana o un bar de bocadillos; la cocina del restaurante no define su talante, pero sí la calidad de sus platos. Raciones suculentas cargadas de sabor que no llevan ningún producto de origen animal. Una filosofía compartida con el resto de restaurantes del grupo Beleavers (Blu, 26 kg y Vrutal).

Platos extraordinarios
En Desoriente se cocinan platos realmente extraordinarios; "que está fuera del orden o de la regla por el común seguimiento, no acostumbrado", según el diccionario. Estamos acostumbrados a concebir la cocina vegana como una cocina insípida, hecha solo a base de verduras hervidas y sucedáneos de productos cárnicos. Hamburguesas que no son de carne, salchichas hechas de plantas o leches vegetales que imitan la de origen animal. Pero la auténtica cocina vegana es mucho más que eso. Es ofrecer un plato de bróculi frito cargado de sabor; piezas de sushi sin pescado con una textura deliciosa; o postres muy sabrosos imposibles de encontrar en ningún otro sitio.

En Desoriente lo cocinan todo en casa. Desde las salsas hasta el pan, pasando por los fermentados y las bebidas caseras. Esto permite que el equipo del restaurante te asesore al detalle en función de tus gustos; hay platos poco habituales en otras cartas que a veces puede no quedar claro qué son. Pero como se conocen al detalle todo lo que cocinan, porque lo hacen ellos, te explican y te guían para que vivas la mejor experiencia a la hora de comer. Con algunos platos pensados para comer individualmente, y una mayoría de raciones ideales para compartir, el precio de Desoriente ronda, de media, los 30 € o 35 € por cabeza.