Siempre es una buena noticia que reabran locales emblemáticos de Barcelona. Hartos de ver franquicias extranjeras que venden comida basura por cuatro duros, es de agradecer ver que hay proyectos arraigados con la identidad cultural de la ciudad que se estrenan después de haber tenido que cerrar durante un tiempo. Estamos hablando del Bar Mundial, el último local "rescatado" por el Grup Confitería en pleno corazón del barrio del Born.
Nuevo restaurante del grupo
El Bar Mundial de toda la vida había sido un local de pescado y marisco regentado por la familia Tort. Un local de batalla con alma que tuvo que cerrar, pero que ahora renace del olvido de la mano del Grup Confitería. Lito Baldovinos y Enric Rebordosa son los fundadores de un grupo que ya tiene 27 restaurantes en Barcelona; 19 propios y 9 gestionados con otros socios. El grupo tiene más de 300 trabajadores repartidos por los diferentes locales y ha confirmado que, como mínimo, tiene dos proyectos más a punto de ver la luz. Por lo tanto, el Bar Mundial, a pesar de mantener la esencia y la estética de lo que había sido, no deja de ser un restaurante de un gran grupo de restauración de la ciudad.
"Un sitio donde puedas entrar, tomar una cerveza, hacer cuatro tapas y tirar el palillo y la servilleta al suelo"
Aparte de la gestión empresarial que hay detrás, el Bar Mundial de ahora es prácticamente igual que el Bar Mundial de hace unos años. El local, que este año celebra su centenario, mantiene los cuadros, la barra, los muebles y muchos elementos originales del negocio anterior. También mantiene la carta, que es casi idéntica a la que había.
Una carta suculenta
Los platos del Bar Mundial tienen tres cosas en común: casi todos son de pescado o marisco, están pensados para compartir y son perfectos para mojar pan. En el Mundial encontraremos desde las tapas más clásicas, como la ensaladilla rusa o anchoas, hasta guisos de cuchara o producto fresco del día. Las raciones, por el tamaño que tienen, son un poco caras, pero el formato para compartir permite probar varias opciones entre unos cuantos sin que el ticket se dispare. Según Lito Baldovinos, la intención es que el Bar Mundial vuelva a ser lo que era, "un sitio donde puedas entrar, tomar una cerveza, hacer cuatro tapas y tirar el palillo y la servilleta al suelo".
El local es pequeño, pero con espacio para unas cuantas mesas apretadas; al más puro estilo de bar de barrio de toda la vida. Con una barra a mano izquierda, mesas a la derecha y una sala un poco más recogida al fondo, el ambiente es agradable y los numerosos elementos de decoración sobre boxeo —cuadros, recortes de prensa, estatuillas o fotos de boxeadores— recuerdan el pasado vinculado a este deporte que tuvo el bar durante su primera etapa antes de cerrar. También hay una placa que conmemora el trabajo de la familia Tort en honor a todo lo que consiguieron los pioneros que regentaron el bar ahora hará ya más de 100 años.