De bocadillos se hacen muchos en Barcelona: los clásicos de siempre, los italianos que han llevado un aire fresco entre rebanadas, los bikinis de todas las maneras, etc. Pero solo hay un sitio que haga su propio pan y sus propios embutidos: Ultrapaninos Marín.

Un local pionero

La idea es de Borja Ordoño, artífice de Ultramarinos Marín, un restaurante de producto tratado a la brasa y a la plancha, obsesionado con hacer todo el posible en casa, que ha dado y da grandes alegrías a la ciudad. Justo a tocar, Ordoño ha abierto el obrador donde sigue persiguiendo esta máxima, nadando con brazadas de exigencia hacia el horizonte de la perfección. Aquí, hace desde mantequilla a frankfurts, jamón braseado, terrinas de ave, pepinos y piparras envinagrados, conservas de tomate, mortadela, pan de varios tipos y todavía más.

Plato del día de Ultrapaninos Marín Rosa Molinero Trias
Plato del día de Ultrapaninos Marín. / Foto: Rosa Molinero Trias

La oferta consiste en bocadillos como el Bocatín, que se hizo famoso en la barra de Ultramarinos, con pan de focaccia, jamón braseado, picada de la casa y lechuga; el Hot Dog, de frankfurt con pepino, cebolla, ketchup y mostaza; o uno tan sencillo como bueno, el de jamón braseado y mantequilla, tal como se come en París (o todavía mejor). Imperdible la coca que puede coronarse con escalivada o alguna membrana de vaca vieja madurada, de guanciale o de panceta. Buena selección de vinos a copas para regarlo todo en un horario óptimo para hacer frente al brunch y para comer fuera de horas (de 12:30 h a 18:30 h, de lunes a sábado) que todavía sería más ideal si abriera para desayunar.

Además, hay ensaladas, como la verde, la mixta, la de lengua de ternera o el salpicóm de tomate que acompaña hoy el plato del día (19 € con bebida y café o postres), una costilla de cerdo tierna y sabrosa. Por si fuera poco, los postres también son caseros: la mousse de chocolate, el melocotón melva, el pastel vasco, el financier de almendra o las natillas, que están en un formato muy práctico, para llevar. Las encontrarás en una nevera, compartiendo repisa con los garums de Ultramarinos Marín, unos condimentos salobres también elaborados aquí, igual que los pepinos, la mantequilla y alguna otra pieza de despensa que se pueden comprar, junto con las baguettes, las focaccies y los xuscos que salen de sus hornos.

Coca de escalivada Ultrapaninos Marín Rosa Molinero Trias
Coca de escalivada de Ultrapaninos Marín. / Foto: Rosa Molinero Trias

El alma del Ultrapaninos Marín la pone Luis Sánchez, histórico de la casa y anteriormente gran maestro de ceremonias en la plancha del restaurante, que se ayuda de Pablo tras la barra y de Michelle en la sala para hacer que este local de bocadillos de alta calidad sea mucho más que eso. El talento que se concentra en el escaparate y en la nevera en forma de productos excelentes no se vende solo y hace falta alguien que entable conversación y conecte con los clientes de la manera que lo hace el joven Sánchez, que aporta cariño y hace de la bocadillería un bar en toda regla, donde piensas en volver a menudo porque todo es bueno y, sobre todo, la compañía de las personas que le dan vida.