Seguramente ya conocéis esta ensalada, ya que se está haciendo muy popular. El aguacate es una fruta muy saludable (regula el colesterol), aunque también tiene sus calorías. Dicho de otra manera, engorda. Como siempre, las cosas se tienen que tomar con medida. El aguacate tiene que estar en su punto, es decir, bien blandito, que se deshaga si lo apretamos con los dedos, pero que tenga la suficiente consistencia para poder cortarlo en dados. Esta ensalada es de aquellos platos que siempre apetecen en verano. No sé qué tipo de sensación provoca la combinación de los dos ingredientes principales de esta ensalada que, en ciertos momentos, la hace muy deseable.
1 tomate de aliñar
1 aguacate maduro
vinagre balsámico de Módena
aceite de oliva virgen extra
atún en lata
sal
Variantes:
Se puede comer con pan o pan con tomate
Se puede rociar el aguacate con zumo de limón para evitar la oxidación
Cortamos el aguacate por la mitad hasta tocar el hueso.
Abriremos con un giro como si desenroscáramos una tapa, y haremos saltar los dos lados.
La piel veréis que sale sola...
... con las manos se puede sacar fácilmente, siempre que el aguacate esté al punto.
Sacamos el hueso.
Ahora cortamos el aguacate en dados...
... no demasiado grandes.
Hacemos lo mismo con el tomate.
Lo salamos todo mezclado.
Ahora incorporaré el vinagre de Módena.
Un buen chorro, al gusto.
Hacemos el mismo con aceite de aceite virgen extra de buena calidad.
Lo removemos bien y lo dejaremos reposar al menos una horita en la nevera. Si queréis podéis dejar los huesos del aguacate dentro... y evitaréis que se ponga negro.
Ahora vamos a emplatar. Colocad una base de atún con un molde redondo. Haced presión.
Ahora, acabamos de llenar el molde con la ensalada de aguacate y tomate, y hacemos también una ligera presión.
Finalmente, acabaremos con un poco de crema balsámica de Módena.
Y ya lo podemos servir.
Sana, buena y refrescante ensalada para servir todo el año, pero sobre todo en épocas de verano.
¡Buen Provecho!