Con la llegada del calor, muchos alimentos y bebidas requieren un cuidado especial, y el vino no es ninguna excepción. Aunque muchas veces lo consideramos un producto resistente y duradero, lo cierto es que las altas temperaturas pueden afectar seriamente su calidad. En su perfil de Instagram, la divulgadora @lacrimaterrae ha compartido una advertencia muy valiosa para todos los amantes del vino: durante el verano, hay que estar muy atentos a dónde y cómo guardamos nuestras botellas. A través de un vídeo claro y directo, explica cómo podemos detectar si un vino se ha estropeado por culpa del calor, algo más frecuente de lo que imaginamos en esta época del año. Un ejemplo muy ilustrativo es la foto que comparte, enviada por una amiga que, sin querer, dejó una botella de vino dentro del coche, bajo el sol. El resultado es tan común como preocupante: la tapa del vino aparecía hinchada, ligeramente abombada, señal de que el contenido ha sufrido.

La señal de alerta de que el vino ha estado expuesto a mucho calor

Y es que a partir de los 30 °C, el vino comienza a deteriorarse de forma progresiva. El calor no solo afecta a la temperatura a la que se sirve, algo que ya influye bastante en el sabor, sino que puede alterar su composición interna, su aroma, su equilibrio y su textura. Cuando esto ocurre, incluso los vinos de mejor calidad pierden su esencia original, lo que significa que al probarlos, notaremos que ya no saben como deberían. En muchos casos, el sabor se vuelve más plano, desequilibrado o incluso amargo, y la experiencia de beberlo resulta decepcionante. No es que el vino en mal estado nos vaya a causar ningún problema de salud, eso lo deja claro la creadora, pero sí nos impedirá disfrutarlo como se merece.


Una señal visual muy clara de que algo no va bien es cuando observamos que el corcho o la cápsula protectora están abombados o fuera de lugar. Eso significa que la presión interior ha aumentado, a menudo, por un incremento brusco de temperatura, lo cual no es buena señal. Lo ideal es evitar que una botella pase más de 30 minutos dentro de un coche en pleno verano, ya que el interior del vehículo puede alcanzar temperaturas mucho más altas que las del exterior en muy poco tiempo.

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El vino se debe conservar en un lugar fresco y seco / Foto: Unsplash

El vino expuesto al calor no nos va a producir un problema de salud, pero no estará bueno

La recomendación más sencilla, y probablemente la más eficaz, es guardar siempre el vino en un lugar fresco y protegido del sol, preferiblemente en una bodega o nevera si no tenemos otra opción. Cuidar el vino es también respetar el trabajo del viticultor, y asegurarnos de que cada copa que bebemos esté a la altura del momento. Porque en verano, más que nunca, un vino bien conservado es un vino que se disfruta de verdad. Así que la próxima vez que compres una botella especial, piensa también en su descanso, no solo en su descorche. Porque el vino, como cualquier delicadeza, merece mimo y buena sombra.