Hoy me meto en un lío. ¿Es caro el queso artesano? En la cocina pasamos muchas horas en función de la receta que cocinamos. No obstante, los ingredientes que utilizamos porque nosotros, posteriormente, pasamos rato cocinando pueden haber sido trabajados durante mucho tiempo. Uno de los casos más evidentes es el de los quesos artesanos. Y sí, claro está, hay que matizar el adjetivo “artesanos”, porque ni mucho menos se parecen a los “industriales”. La diferencia es clave. Desde la quesería Llet Crua os explicamos todos los detalles al vídeo.
Mi respuesta es uno no rotundo. Hacer un queso artesano con cabra, vaca u oveja implica que aquellos animales tienen que pacer, tienen que comer hierba, que cada día se tendrán que ordeñar y cada día tenemos que ir haciendo el queso. Y todo eso tiene un coste. Estamos comprando territorio, gente que nos está cuidando nuestro entorno rural.
Los quesos artesanos no son caros: comprarlos implica mantener el apoyo al entorno rural, al país, a los pequeños productores. De hecho, nos tendríamos que preguntar cómo se lo hacen los quesos industriales para ser más económicos
Por el contrario, en quesos industriales, que se hacen de forma más eficiente económicamente, se está recogiendo la leche en diferentes granjas, se pasteriza y allí perdemos parte de este territorio. Perdemos parte de este encanto. Por otra parte, pensáis que los quesos tienen una relación de 10 en 1, es decir, con 10 litros de leche más o menos tenemos un kilo de queso. Y eso quiere decir que perdemos 9 kilos de material que se va al suero y que aquello no es reutilizable por la mayoría de los queseros artesanos. Finalmente, pensad que un queso artesano no es tan caro, con 20, 25 o 30 euros pueden cenar dos o tres personas y eso es bastante más económico que el que costaría si nos tuviéramos que alimentar de muchos otros alimentos como la carne o el pescado.
Si vais al supermercado os encontraréis con que quizás hay quesos más económicos, pero en aquel momento valdría la pena que no os preguntéis por qué los quesos artesanos son caros, sino cómo se lo hacen los quesos industriales para ser así de económicos.
Por esta razón, y aunque puede rascar un poco el bolsillo, siempre es una buena idea regalar una tabla de quesos —artesanos, claro está. Las cantidades oscilan entre 20-25 g por persona y tenemos que contar, en total, acabar ingiriendo unos 100-125 g por cap. De esta manera, entre cuatro y seis quesos es la cifra ideal para hacer una buena tabla de quesos en casa. De menos intenso, a más, es decir, de más suave, a más fuerte y por un precio razonable que hace corto de una cena cara, podemos escoger unos quesos bien buenos y acompañarlos con frutas como peras, manzanas, higos o frutos secos.