Se presentan como una solución rápida y supercómoda, tanto como abrir, echarla en un bol, aliñar y listo. Y ese es uno de los motivos por los que su uso se ha extendido tanto y tan rápido. Y también por lo que cada día hay más oferta en el supermercado. Diferentes mezclas, más marcas y propuestas con otros añadidos para lograr ensaladas más completas. Pero, como siempre, no es oro todo lo que reluce y con esto de las ensaladas listas para degustar se ha vuelto a demostrar. Una reciente investigación a nivel europeo ha detectado toxoplasmosis en una de cada veinticinco bolsas. De ahí que la recomendación médica sea lavarlas siempre y lo que hace el “listo para consumir” en un poco menos rápido y cómodo.

No está todo perdido

Tras este primer mazazo para todos los que siempre tienen una ensalada preparada en la nevera, los propios investigadores hacen una puntualización con la que muchos han vuelto a ver la luz en el oscuro panorama que se les presentaba. Tras analizar los resultados, los investigadores no pueden determinar si el parásito estaba vivo o no, es decir, si son infecciosos. Lo que cambia el peligro al que nos enfrentamos al consumir este tipo de productos. Estas bolsas están sometidas a un lavado industrial con productos que inactivan a estos agentes, pero aun así, tras los resultados obtenidos, la recomendación es lavarla bien antes de usar, sobre todo en personas inmunodeprimidas o embarazadas, a quienes este parásito más daño puede causar.

Amanides al prestatge d'un supermercat. / Foto: Cedida
Amanides al prestatge d'un supermercat. / Foto: Cedida

En el caso de embarazadas es muy diferente, ya que este parásito ataca directamente al feto, lo que puede tener graves consecuencias

¿Qué es la toxoplasmosis?

Se trata de una infección causada por el parásito Toxoplasma gondii, muy común en el entorno y generalmente inofensiva para la mayoría de las personas. El problema aparece cuando afecta a embarazadas o a personas con el sistema inmunitario debilitado. El contagio suele producirse por consumir carne cruda o poco hecha, frutas y verduras mal lavadas o por manipular tierra o heces de gato infectadas. No se transmite por acariciar a un gato sano, pero sí por limpiar su arenero sin medidas de higiene.

En una persona sana, la toxoplasmosis suele pasar desapercibida. De hecho, la mayoría ni se entera de que la ha tenido. Cuando aparecen síntomas, suelen ser muy leves y se confunden con un resfriado fuerte, ya que incluye fiebre, dolor muscular, cansancio… En el caso de embarazadas es muy diferente, ya que este parásito ataca directamente al feto, lo que puede tener graves consecuencias. Las mismas precauciones deben tener las personas inmunodeprimidas, ya que los síntomas pueden ser mucho más graves y, por lo tanto, tener consecuencias o dejar secuelas a posteriori.

La buena noticia es que prevenirla es sencillo: cocinar bien la carne, lavar cuidadosamente frutas y verduras, usar guantes si se trabaja con tierra y extremar la higiene al limpiar el arenero. Con estos gestos básicos, el riesgo se reduce prácticamente a cero. Aunque ello conlleve enunciar a algo tan cómodo como comprar una ensalada preparada para comer un día con muchas prisas.