En Barcelona hay restaurantes de todo tipo. Locales clásicos de toda la vida, pero también restaurantes de alta cocina considerados, algunos, como los mejores del mundo. Es el caso del Disfrutar, que ganó el premio en Mejor Restaurante del Mundo el año 2024. Pero para algunas estrellas, como Rosalia, la alta cocina no es la mejor opción. A la cantante catalana de Sant Esteve Sesrovires le gusta otro tipo de cocina más convencional, pero igualmente deliciosa.
Los bares preferidos de Rosalia
La cocina tradicional nunca falla. Sea catalana, del País Vasco o italiana, la cocina que se ha hecho siempre triunfa en todas partes. Por qué si una receta funciona, ¿por qué cambiarla? A quién no le gusta un buen fricandó, unos pintxos de tortilla o un buen plato de espaguetis a la carbonara. A partir de esta base siempre se puede innovar y reinventar, reinterpretar, readaptar y rehacer de mil y una maneras la cocina que cada uno quiera. Pero las cosas claras, buenas y sencillas son las que acaban triunfando siempre. Y si hay una cantante catalana que tiene claro que esta cocina es la mejor es Rosalia.
Para la mayoría de barceloneses y visitantes, el bar Marsella está íntimamente ligado al licor de la absenta. Todavía hoy es posible pedir esta bebida de sabor ligeramente parecido al anís pero de altísima graduación
La cantante de Sant Esteve Sesrovires tiene dos bares de Barcelona como establecimientos predilectos. Por una parte, el Bar Marsella, uno de los más míticos de la ciudad. El Marsella está asociado a Hemingway, quizás porque es el personaje célebre que más frecuentó el local, pero por aquí también se dejaban caer artistas como Dalí, Picasso o Gaudí. Para la mayoría de barceloneses y visitantes, el bar Marsella está íntimamente ligado al licor de la absenta. Todavía hoy es posible pedir esta bebida de sabor ligeramente parecido al anís pero de altísima graduación. La bebida se hizo especialmente popular en el París de finales del siglo XIX entre los artistas: parece que ayudaba a la inspiración a hacerse presente. Para beberla, hay que seguir todo un ritual: se sirve con una botella de agua, un terrón de azúcar y un tenedor. Solo los más atrevidos sabrán por qué.

Por otra parte, el Bar el Pollo es el otro establecimiento predilecto de Rosalia. En este caso se trata de un local de cocina vasca con influencias de la península Ibérica. Pintxos, pero también tortillas, mariscos, carne y platos tradicionales de la cocina catalana, como el capipota, son algunas de las joyas que ofrece el Bar el Pollo. Además, el restaurante también tiene una amplia oferta de vinos para acompañar los platos. Trabajan con una carta de temporada que van cambiando a lo largo del año para respetar el producto de cada momento, pero también para sorprender a los clientes habituales que se mueren por disfrutar de las deliciosas propuestas que preparan periódicamente.