Las lenguas de pizza son una de esas recetas italianas rápidas, crujientes y llenas de sabor que sorprenden por lo sencillo de su preparación y por lo espectaculares que quedan en la mesa. Aunque fuera de Italia no son tan conocidas, lo cierto es que forman parte de esas elaboraciones caseras que se hacen en apenas unos minutos y que sirven tanto para una cena improvisada como para un picoteo entre amigos. Lo mejor es que no necesitan largos tiempos de fermentación, ni complicadas técnicas, y aun así consiguen una textura fina y ligera, con un punto dorado irresistible. Se dice incluso, en tono de broma, que el mismísimo Gene Simmons quedó tan fascinado con estas delicias que su famosa lengua se inspiró en ellas, lo que añade un toque divertido a la historia de este plato.
Cómo hacer lenguas de pizza
El éxito de esta receta reside en que combina ingredientes muy básicos con una técnica de amasado rápida y práctica. En apenas unos minutos puedes tener lista una masa elástica y ligera que se estira con facilidad y que al pasar por el horno se transforma en esas láminas finas, doradas y crujientes que hacen que comer una lengua de pizza sea una auténtica experiencia. Acompañadas de una salsa de tomate bien aliñada y un poco de orégano seco, se convierten en una opción ideal para quienes aman la pizza pero no quieren esperar horas a que la masa fermente. Para preparar esta receta, necesitarás los siguientes ingredientes:
- 350 g de harina de fuerza
- 150 g de sémola rimacinata de trigo (o harina de fuerza)
- La puntita de una cucharadita de levadura química
- 1 cucharadita de sal
- 270 g de agua
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Conserva de tomate (passata)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Orégano

Para la preparación, el horno debe precalentarse a 250 °C mientras se prepara la masa. En un cuenco se mezclan las harinas, la sal y la levadura química, se añade el agua y después el aceite de oliva para formar una masa suave. Se amasa durante unos tres minutos y se deja reposar solo un cuarto de hora, suficiente para que sea más fácil de trabajar. A continuación, se aliña la passata con aceite y sal y se divide la masa en ocho porciones iguales, que se estiran con un rodillo hasta dejarlas muy finas. Se colocan en una bandeja engrasada, se cubren con la salsa, un hilo de aceite y se hornean durante diez minutos hasta que estén bien doradas. Finalmente, se espolvorea el orégano por encima y ya están listas para disfrutarlas recién hechas o conservarlas en una bolsa de papel, donde se mantendrán crujientes por más tiempo.
Las lenguas de pizza no solo son rápidas y deliciosas, sino que además permiten jugar con diferentes coberturas: desde unas finas láminas de mozzarella hasta verduras asadas o unas anchoas saladas. De esta manera, cada persona puede personalizarlas a su gusto, manteniendo siempre la esencia crujiente y ligera que convierte a esta receta en una auténtica joya de la cocina italiana más casera.