El ahorro energético y el económico en la cocina son tanto o más importantes que la comida que hacemos. Optimizar los recursos es clave para tener una cocina sostenible, desde evitar el despilfarro alimentario hasta consumir el mínimo de luz posible. Son diversos los trucos que sirven para reducir el consumo eléctrico, pero no hay ninguno que supere el de este artilugio de un inventor francés.
La electricidad en la cocina
La vitrocerámica eléctrica, el horno, el microondas, la batidora, la freidora de aire... son muchos los electrodomésticos que utilizamos diariamente en nuestra cocina. Excepto si tienes fogones de gas, prácticamente todo lo que enciendas en la cocina gasta luz; y no precisamente poca. El consumo eléctrico de una cocina varía en función de la eficiencia de los electrodomésticos, pero también de la manera como los utilizamos. Aprovechar el calor residual de las sartenes y del horno, por ejemplo, es un truco sostenible que cuida el medio ambiente y tu bolsillo.
Ahora bien, ¿es posible cocinar una receta sin gastar ni un solo euro en luz? Eso es precisamente lo que ha conseguido Thierry, un carpintero francés que ha inventado un electrodoméstico (bueno, un artilugio doméstico, porque no es eléctrico) para poder cocinar casi cualquier alimento sin necesidad de enchufes ni de luz.
Este ebanista e inventor ha creado un horno que permite cocinar casi todo tipo de alimentos solo con la luz del sol
El horno de consumo cero
¿De qué manera se podría calentar un alimento sin utilizar electricidad y de manera sostenible? Existen los fogones de gas, sí, pero el gas es un recurso limitado y que también se tiene que pagar. La alternativa del carpintero francés Thierry es utilizar la energía solar. Este ebanista e inventor ha creado un horno que permite cocinar casi todo tipo de alimentos solo con la luz del sol. El invento, de madera, combina una serie de cristales y espejos que concentran el calor en una cámara para que los alimentos se cocinen. El horno puede llegar a temperaturas de hasta 150 grados, una temperatura lo bastante alta como para cocinar verduras, carnes, pescados o cocer harinas. Si bien es cierto que hay recetas que requieren temperaturas superiores, de entre 180 y 200 grados, con los 150 grados de este horno es suficiente para hacer decenas de preparaciones.
El invento, sin embargo, no es perfecto. Para cocinar con este horno hace falta, lógicamente, luz solar. Si está nublado o es de noche, el horno no funciona. Un inconveniente que, sin embargo, no impide que este horno sea útil y práctico. El carpintero que lo ha creado también le ha puesto ruedas para poder moverlo donde convenga y aprovechar mejor la incidencia de los rayos solares.