En un divertido vídeo compartido en la cuenta de Instagram @xperiencecaixabank, el chef catalán Nandu Jubany desvela uno de esos secretos que mezclan gastronomía, ingenio y sentido del humor. En lugar de hablar de técnicas culinarias o de recetas de alta cocina, esta vez se centra en algo muy diferente: su experiencia en el Rally Dakar, una de las competiciones más duras del mundo. Con su tono desenfadado y cercano, Jubany confiesa cuál fue su auténtica táctica para asegurarse de llegar hasta el final de la carrera, y no tiene que ver con motores ni con la resistencia física, sino con algo mucho más apetitoso: la comida.
Nandu Jubany confiesa su truco culinario para acabar el Dakar
El chef explica que, cuando viajó al Dakar, no se conformó con llevar lo justo para sobrevivir en el desierto. Muy al contrario, decidió cargar con una auténtica despensa improvisada que incluía productos tan emblemáticos como jamón ibérico, berberechos, salsa Espinaler, varias latas selectas e incluso vermut. Todo un arsenal gastronómico en un entorno donde, normalmente, los pilotos y equipos solo pueden aspirar a raciones prácticas y sin demasiada gracia. La imagen de Jubany desplegando este festín en medio de la arena ya resulta sorprendente, pero lo mejor es la explicación que da sobre la utilidad de semejante “equipaje culinario”.

Según cuenta entre risas, todos los participantes y miembros de otros equipos terminaban reuniéndose a su alrededor, atraídos por la posibilidad de compartir un bocado de calidad en plena dureza del desierto. Y ahí es donde entra su truco maestro: como todos querían seguir disfrutando de su variada despensa, se aseguraban también de que él aguantara y pudiera terminar el Dakar. En otras palabras, convirtió la comida en una forma de crear comunidad, de generar complicidad y, sobre todo, de mantener a todo el mundo interesado en que llegara a la meta. Una estrategia deliciosa y, a la vez, muy efectiva.
Los participantes y miembros de otros equipos terminaban reuniéndose a su alrededor
Este relato de Jubany no solo arranca sonrisas, sino que también refleja la importancia que tiene la gastronomía más allá de las cocinas de los restaurantes. La comida es un lenguaje universal que une a las personas, incluso en circunstancias tan extremas como una carrera en el desierto. Mientras otros podían pensar solo en el esfuerzo físico o en la mecánica de los vehículos, él encontró la manera de hacer del Dakar una experiencia compartida, donde el sabor y la tradición catalana tenían un papel protagonista.
La confesión del chef es una muestra de cómo el humor y la cocina pueden ser aliados en cualquier aventura. Nandu Jubany nos recuerda que, incluso en los escenarios más exigentes, un buen plato puede ser la mejor motivación y, a veces, la clave para llegar hasta el final. Porque en el Dakar, como en la vida, no todo es correr: también hay que saber disfrutar del camino y, por supuesto, de la mesa.
Este artículo ha sido elaborado con la ayuda de ChatGPT y supervisado por un periodista de Elnacional.cat.