Parece una locura, pero ponerle sal al café no es un invento moderno ni un capricho viral. Es una costumbre ancestral que ha sobrevivido en distintas culturas del mundo y que, según muchos expertos, mejora el sabor del café y reduce su amargor. Aunque hoy la sal se asocia más con la cocina o con el exceso de sodio en la dieta, este ingrediente tiene miles de usos: sirve para conservar alimentos, limpiar superficies o incluso equilibrar sabores en recetas dulces. En el caso del café, añadir una pizca de sal puede transformar por completo la experiencia, sobre todo si se trata de granos tostados, oscuros o de calidad media.

Café con sal: por qué algunas culturas se atreven con esta mezcla

Desde Turquía hasta Escandinavia, pasando por la costa mediterránea, el café con sal forma parte de tradiciones locales. En el país otomano, por ejemplo, se sirve durante una ceremonia prematrimonial para simbolizar respeto y compromiso, mientras que en el norte europeo es común agregar una pizca de sal al café ya preparado. En Asia, la moda del “café con sal marina” ha ganado terreno gracias a su mezcla de sabores dulces y salados. Pero, ¿por qué funciona? Porque la sal actúa como un neutralizador natural del amargor, algo que los científicos explican a través de la química del sabor. Cuando los iones de sodio entran en contacto con las papilas gustativas, bloquean parte de la percepción amarga y potencian el dulzor. Es decir, no cambia el café, cambia cómo lo percibimos.

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La sal neutraliza el amargor del café / Foto: Unsplash

Expertos como Sara Marquart, del Coffee Excellence Center, explican que una pizca de sal puede equilibrar los perfiles de sabor de cafés robustos o demasiado tostados. De hecho, el famoso divulgador gastronómico Alton Brown popularizó el truco en televisión hace años, recomendando añadir media cucharadita de sal por cada taza de agua para suavizar el sabor. Según él, la sal no solo reduce el amargor, sino que también corrige el gusto metálico o rancio del agua almacenada. Otros baristas, como James Hoffmann, sugieren preparar una solución salina concentrada y añadir solo unas gotas al café ya servido para controlar mejor la dosis.

La sal puede ayudar a equilibrar los sabores robustos o demasiados tostados del café

Eso sí, no todos los expertos están a favor. Añadir sal a un café de especialidad o de alta calidad puede ser contraproducente, ya que enmascara los matices más delicados, como la acidez frutal o las notas florales. En esos casos, el amargor forma parte del equilibrio natural del café. Pero cuando hablamos de un café comercial, muy tostado o sobre extraído, la sal puede ser una gran aliada para suavizarlo y hacerlo más agradable al paladar.

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Solo se debe utilizar con los cafés demasiado tostados, no con los de especialidad / Foto: Unsplash

Así que, si eres amante del café y te gusta experimentar, no tengas miedo de probar. Una simple pizca de sal puede convertir una taza amarga en una experiencia sorprendentemente dulce y equilibrada. Quién sabe, tal vez el próximo “secreto de barista” estaba todo este tiempo en tu salero.