El fracaso de la opa del BBVA sobre el Sabadell es un sorpresón en toda la regla. Miente quien pueda decir que entraba en los cálculos de la entidad catalana salir tan bien parado de la caza que inició, de manera hostil, en mayo de 2024 el banco presidido por Carlos Torres. Pero también falta a la verdad aquel que asegure que entraba dentro de lo posible que el BBVA, el segundo banco de España por activos, no se saldría con la suya. ¿Cómo ha sido posible que ello sucediera? ¿En qué ha errado el BBVA? ¿En qué ha acertado el Sabadell? Aunque, por ahora, todos son hipótesis, porque muchas claves aún no se conocen, vamos a repasar unos cuantos hechos. Pero antes que nada, la noticia es enormemente buena para Catalunya, que conserva una entidad financiera cuya orientación se rige desde aquí.

Que solo un 25,33% de los accionistas hayan acudido a la opa es un fracaso para el BBVA. Es verdad, que en las últimas fechas se había alejado la posibilidad de que alcanzaran el 50%, sobre todo una vez se conoció, a principios de semana, la bajísima aceptación por parte de los clientes accionistas, que solo se personó el 2,8% de los accionistas con acciones depositadas en la entidad, lo que equivalía al 1,1% del capital social del banco. Fue la primera señal de alarma para el BBVA: el comportamiento del minoritario. Es evidente que les movió dos cosas: la falta de atractivo de la oferta del banco vasco, más allá de las campañas publicitarias, y un cierto sentido de pertenencia, unos al Sabadell y otros a una entidad catalana. También —y ahí está sin duda la clave—, ¿para qué correr si superado el listón del 30% de accionistas personados en la opa, la entidad vasca no desistirá y lanzará una segunda opa, esta necesariamente en efectivo?

Ese cálculo, con mucho menos sentimentalismo, lo debieron hacer los accionistas institucionales, aquellos que debían haberle proporcionado a Torres el cojín necesario para superar sin problemas el 30% y, seguramente, es ahí donde falló la cocina de los diferentes fondos de inversión a la hora de calcular con qué porcentaje debían personarse en la primera opa. Ahí radicó el segundo éxito del Sabadell y muy especialmente de su presidente, Josep Oliu, que más allá de una resiliencia admirable, consiguió convencer a todo el mundo de dos cosas: no llegaría el BBVA al 50%, y si tenían que acudir, lo mejor era esperar a la segunda opa. De ahí que toda su estrategia era ir insistiendo en lo mismo, con dosis de confrontación directa con la propuesta de Torres, cuando declaraba una y otra vez que no se creía ni el que lograra el 50%.

El duelo dialéctico entre ambos presidentes ha beneficiado más al Sabadell que al BBVA, ya que el primero solo hacía que defenderse y eso siempre tiene en cualquier litigio un atractivo mayor

Ese duelo dialéctico entre ambos presidentes, ahora es fácil decirlo, ha beneficiado más al Sabadell que al BBVA, ya que el primero solo hacía que defenderse y eso siempre tiene en cualquier litigio un atractivo mayor. ¿Y los llamados accionistas institucionales, que solo se mueven por dinero? Unos, como la aseguradora Zurich, simplemente no querían ir y lo anunciaron desde el principio. Otros, como el mexicano David Martínez, con el 3,86% del capital del Sabadell, que anunció en la recta final su apoyo al BBVA y acudió con su paquete accionarial, es posible que despistara más que cualquier otra cosa. Todos los fondos debieron hacer sus cálculos sobre con qué porcentaje debía ir a la opa, pensando que los demás irían con más y ellos se podían reservar. A partir de ahí, el resultado final estaba cantado: solo un 25,33%.

¿Algunas llamadas importantes a los institucionales puede haber ayudado? Seguramente sí. El precio inicial, las condiciones del gobierno a la opa, el largo período hasta hacerse con el control total, probablemente también. ¿La incerteza y el temor a un malestar en Catalunya después de tantos pronunciamientos de apoyo al Sabadell? Todo suma. Pero no es el vector fundamental de lo que ha sucedido. El hecho de que en el primer día post opa el Sabadell haya caído un 6,68% y el BBVA subido un 5,98% entra dentro de los cálculos previstos de ajuste del mercado bursátil. Ahora, habrá que estar muy atentos a los movimientos del Sabadell para que, en el futuro, sea capaz de ganar musculatura y seguridad para evitar una nueva situación como la vivida estos últimos dieciséis meses y que sea una realidad el pronóstico de Oliu de este viernes: Ha sido la mejor salida para todos.