Joan Laporta ha viajado este miércoles a Roma para asistir, como invitado, a la Asamblea General del European Football Clubs (EFC), la antigua European Club Association (ECA). El presidente del Barça, acompañado por el vicepresidente Rafa Yuste, ha sido recibido de manera cordial por Nasser Al-Khelaïfi, máximo dirigente del París Saint-Germain y presidente del organismo europeo. El encuentro ha servido para escenificar un acercamiento claro entre las dos entidades después de años de distancia debido a la polémica Superliga.
Un encuentro para unir puentes
Laporta ha llegado al Hotel Cavalieri de Roma poco después de las dos del mediodía y ha mantenido una reunión con Al-Khelaïfi en la terraza del mismo establecimiento. El encuentro, sin carácter oficial, ha tenido un marcado valor simbólico: es la primera vez que el presidente blaugrana acepta sentarse con el máximo dirigente del PSG y con Aleksander Čeferin, presidente de la UEFA, desde que se empezó a especular con la posibilidad de que el Barça dé un paso atrás respecto al proyecto de la Superliga.
Durante la jornada, Laporta también ha tomado parte en la asamblea de la EFC, que este año reúne a más de 800 clubes europeos. La nueva denominación del organismo —antes ECA— quiere reflejar una etapa de renovación y expansión dentro del fútbol continental, con la UEFA como socio principal. Tanto desde la federación europea como desde la misma EFC se ha reiterado la voluntad de mantener el modelo actual de la Champions League, alejando cualquier opción de adoptar un formato similar al que proponía la Superliga. La presencia del Barça en esta cita refuerza los vínculos con la UEFA, con quien el club ha recuperado sintonía en los últimos meses. Laporta quiere escuchar y explicar la posición actual del Barça, una postura más dialogante y pragmática que en etapas anteriores. De hecho, la participación del presidente en la cumbre y su asistencia prevista a la cena de esta noche, donde también estará presente Čeferin, son interpretadas como una señal de acercamiento.
La nueva Champions propuesta por la Superliga
Este movimiento puede tener consecuencias significativas en el escenario europeo. Si el Barça se incorpora de pleno derecho a la EFC, el Real Madrid quedaría como único club grande desvinculado de la organización y, por lo tanto, aislado en la defensa de la Superliga. Eso sí, en los últimos días también ha salido a la luz que, lejos de la confrontación que había marcado los últimos años, la Superliga y la UEFA han mantenido un contacto discreto pero constante para buscar puntos de entendimiento.
Durante los últimos ocho meses se han celebrado hasta siete reuniones entre representantes de la UEFA, la empresa A22 —promotora de la Superliga— y dirigentes del Barça y del Real Madrid. Los encuentros se han centrado en tres ejes fundamentales: la gobernanza del fútbol europeo, la plataforma de retransmisiones y el futuro formato de la competición. El objetivo sería reformular la actual Champions League, manteniendo su identidad, pero aumentando el espectáculo y reduciendo los desequilibrios competitivos que se dan en la fase inicial. Todo ello apunta a un cambio de escenario donde, más que la ruptura, se busca una convivencia estratégica entre ambos modelos.