Jonas Eriksson fue un reputado árbitro internacional entre el 2002 y el 2018. En su currículum, entre muchos partidos de la Champions League, destaca su presencia en el Mundial del 2014 y la final de la Europa League del 2016 entre el Liverpool y el Sevilla. Es por ello que las duras confesiones que ha realizado en un libro, titulado House of Cards, han conmocionado al mundo del fútbol internacional. "El juego sucio detrás del juego", afirma.

Los duros métodos de Pierluigi Collina

A pesar de que el libro todavía no ha visto la luz, el diario The Guardian ha tenido acceso a varios extractos. Y entre ellos destaca el capítulo en el que explica cómo vivió el mundo del arbitraje de élite la llegada al mando del carismático Pierluigi Collina, un árbitro que, solo por poner un ejemplo, llegó a ser el protagonista de la portada de un videojuego. El italiano se hizo cargo del arbitraje UEFA en el 2010 y una de las primeras medidas que adoptó fue la de aplicar unos exhaustivos controles a todos los árbitros. "No solo había que ser un buen árbitro, sino también priorizar la dieta, parecer un árbitro de alto nivel, que los porcentajes de peso y grasa fueran los correctos, de lo contrario te arriesgabas a ser reprendido, a tener menos partidos y a terminar en el frío", relata Eriksson.

Jonas Eriksson, exárbitro FIFA / Foto: Wikimedia Commons

"Se descubrió que algunos árbitros eran daltónicos. Otro resultó ser ciego de un ojo y se vio obligado a renunciar. Al menos eso es lo que decían los rumores, pero nadie lo sabía con certeza, porque con respecto a los resultados de la prueba de visión, no se reveló nada en grupos más grandes", añade.

Eriksson: "Sentí disgusto, ira y humillación"

Eriksson relata con detalle como fueron las pruebas que se llevaron a cabo en Ljubljana (Eslovenia), en el otoño del 2010. "Sentí principalmente disgusto, ira y humillación. El problema no eran las pruebas, sino la forma en que se realizaban", recuerda. Se dividió a los colegiados, la élite del arbitraje europeo, en grupos de 15. "Cuando mi grupo entró en la gran y fría sala de conferencias donde íbamos a reunirnos, la gerencia nos instó a desnudarnos hasta quedar en ropa interior. Nos miramos, pero nadie reaccionó ni se atrevió a decir nada", explica el excolegiado sueco.

Pierluigi Collina dirigió el fútbol europeo entre el 2010 y el 2018 / Foto: Europa Press

"Collina nos observó de arriba a abajo con una mirada helada. Silencioso y observador. Se detuvo, me miró y escaneó mi cuerpo casi desnudo. Pensé para mí mismo que esto no vale la pena. Soy un adulto y me veo obligado a pararme aquí y ser examinado y juzgado. El error era tratar de llegar allí a través de un pesaje humillante y una agenda en la que lo más importante era perder peso y minimizar su porcentaje de grasa", añade Eriksson. El árbitro también explica que aquel método de control se mantuvo con el paso del tiempo, lo que provocó que los árbitros se obsesionaran con el peso, ya que de lo contrario su carrera profesional corría un serio peligro. En los cursos anuales de la UEFA, de hecho, se priorizaba el estado de forma a las decisiones acertadas en los partidos.