La genética da miedo. Es una de las ciencias que más ha avanzado en los últimos años, pero hay reticencias. Hay quien, como Siddharta Mukherjee, cree que el hombre no ha reflexionado suficientemente sobre las técnicas genéticas que va desarrollando, y que no está lo bastante preparado para aplicarlas. Por eso, la Escuela Europea de Humanidades ha organizado en el Palau Macaya (de la Obra Social "la Caixa") un encuentro para reflexionar sobre el tema con biólogos, médicos y filósofos: "¿Está la sociedad preparada para la edición genética?". Estas jornadas se han realizado los días 6 y 7 de marzo, con un formato original y muy enriquecedor: dos ponentes exponen puntos de vista diferentes, ante el público, en una mesa donde hay ocho expertos. Una oportunidad única de debate. En la primera mesa del día 7 se han puesto cara a cara el biólogo Carles Laueza-Fox, profesor del CSIC, y Lidia Bermejo, filósofa de la Universidad de Granada, y han obtenido el feedback de los otros especialistas.

¿Fuera de control?

El punto que ha despertado más controversia de la sesión ha sido valorar los riesgos de la edición genética. Lidia Bermejo, por una parte, ha criticado los posicionamientos excesivamente conservadores, y ha recordado que cuando se empezaron a difundir los automóviles también hubo mucha oposición a ellos, incluso dentro de sectores médicos, y que había hasta quien creía que el cuerpo humano sufriría graves daños en caso de circular a velocidades superiores a los 30 km/h. A pesar de todo, Bermejo ha afirmado que cualquier tecnología modifica la sociedad, y de esta manera es muy difícil evaluar sus posibles inconvenientes, porque la sociedad que asume la tecnología es diferente de la que la recibió inicialmente. Ahora bien, ha criticado que se haya generalizado el uso del término "edición genética" en vez de "manipulación genética". Afirma que si bien "manipulación genética" era claramente estigmatizador, "edición" da una falsa impresión de control. Hace pensar que se trata de un proceso muy limitado y que se sabe perfectamente adónde conducirá, y ha apuntado que es un proceso con muchas más incógnitas de lo que se reconoce. Mientras algunos de los genetistas presentes han afirmado que la selección genética se había producido de forma sistemática a lo largo de la historia, el médico especialista en Medicina Regenerativa Ángel Raya ha reconocido que hay una diferencia entre la edición genética de personas y de tomates, porque el daño que se puede causar en personas es mucho mayor: "para que salga bien un tomate se tienen que haber hecho muchos experimentos que han salido mal, y eso no se puede hacer con las personas. Es lógico tener miedo", ha concluído Raya, quien ha apuntado que es legítimo poner límites a la aplicación de la ciencia para frenar los riesgos que puede comportar. El filósofo Josep Ramoneda, moderador de la sesión, no ha considerado negativas las prevenciones hacia la edición genética, ya que ha afirmado que a menudo cuando se pierde el miedo a una tecnología "es cuando llega la catástrofe".

¿El retorno de los mamuts?

Carles Lalueza-Fox ha disertado sobre las posibilidades de reintroducir especies desaparecidas, partiendo de la base que los humanos son, desde hace 40.000 años, responsables de un gran episodio de extinciones. En realidad, hay intentos muy serios de recuperar algunas especies desaparecidas como los mamuts y hay quien defiende que la humanidad tiene el "deber moral" de reintroducir las especies destruidas por culpa de los humanos. En realidad, se ha secuenciado el genoma de algunas especies desaparecidas recientemente, y cada vez hay más que son estudiadas. También se están creando bancos de ADN de especies en peligro para proceder, si hace falta, a su "desextinción". El biólogo del CSIC, sin embargo, cree que recuperar especies ya inexistentes es una quimera: "No tiene sentido recrear estos animales para encerrarlos en un zoo". Además, ha afirmado que el máximo que podríamos conseguir es, en vez de resucitar el mamut, es crear un "mamufante" (y en vez de "hacer dinosaurios, crear grandes pollos con dientes", ha añadido Ricard Solé, físico y biólogo de la UPF).

¿Edición genética para las especies en peligro?

Pero en cambio, Lalueza-Fox cree que las nuevas técnicas genéticas quizás podrían ayudar a especies que viven en ecosistemas que están desapareciendo. "Los conservacionistas habrían de interesarse en estas técnicas que quizás tendrán mejores resultados que lo que están haciendo y que se ha demostrado que no tiene buenos resultados". Y ha puesto como ejemplo el caso del lince, que parece condenado a extinguirse y que según él quizás podría salvarse con un plan de edición genética que le permitiera sobrevivir en otros ecosistemas. A pesar de todo, ha apuntado que hace falta que "rediseñemos" como relacionarnos con el mundo, más que crear reservas. Ni siquiera los más optimistas creen que la genética pueda hacerlo todo.