¿Qué se hace con el vino que sobra y que, si llega al mercado, podría presionar los precios a la baja? A veces, importarlo a Francia para manejos ilegales y, en otras ocasiones, destilarlo tras activarse mecanismos europeos que permiten eliminar así los excedentes y mantener el precio del vino en umbrales dignos. Este año, por decisión de la Comisión Europea adoptada este 23 de junio, se hará lo segundo.

Hasta mediados de octubre
Hasta el próximo 15 de octubre, los productores de vino de la UE pueden recurrir a la destilación de crisis, que convierte el vino en alcohol destinado a fines no alimentarios para, explica la propia UE, “evitar distorsiones de la competencia”. Dicha medida se aplica a tipos de vino y a regiones en las que se detectan desequilibrios como aumentos sustanciales de existencias o disminuciones de ventas y precios. Por cada litro de vino destilado, los productores reciben una compensación financiera que se calcula a partir de precios de mercado recientes.
Mecanismo
Desde ahora, los diferentes estados miembros deben notificar a la Comisión Europea los criterios con los que pretenden aplicar la destilación de crisis e informar también de si pueden complementar con fondos propios el dinero que la UE destina a este programa. En España, la medida se pretende aplicar en Catalunya, Extremadura, La Rioja y el País Vasco. En el primero de los cuatro territorios, se pretenden destilar 1,6 millones de litros; en Extremadura, 4,3 millones; en La Rioja 40 millones y en el País Vasco, 7,86 millones. Cada litro de vino que se destina a destilación de crisis se suele pagar a entre 0,9 y 1,2 euros dependiendo del territorio.