España es el lugar europeo donde las mujeres tienen menos hijos. La media es de 1,2, respeto al 1,5 por término medio europea En Francia, por ejemplo es de 1,9 y en Dinamarca del 1,7. ¿Por qué pasa eso? La respuesta es simple: por las escasas bajas y ayudas que hay a la hora de tener hijos. Aunque este año se ha equiparado los permisos de maternidad y la paternidad a dieciséis meses, los mecanismos de conciliación laboral y familiar todavía son de los menos desarrollados de la UE. ¿Qué situación tienen el resto de países?

Para empezar, sólo hay que mirar los permisos que tienen los padres cuando nace un hijo a cada estado. Los países del norte son los que dan más tiempo. En Islandia cada progenitor tiene seis meses de baja y, a diferencia de España, un mes y medio es transferible; en Noruega, la madre tiene 49 semanas con el 100% de sueldo y las puede ampliar en 59 con el 80% del sueldo, es decir, un año, mientras que el padre tiene cuatro meses; en Finlandia los dos tienen cuatro meses de base, a los cuales se suman seis meses más que pueden decidir quién coge la baja; y en Suecia el permiso es de 16 meses, que los progenitores pueden repartir como quieran, aunque si lo hacen de manera paritaria tienen un premio de 1.500 euros.

Francia también tiene un sistema peculiar y las bajas se dan según el número de hijos. Para el primero hay seis semanas previas al parto para la madre y cuatro meses después para cada progenitor. En los siguientes, la baja crece, es decir, cuantos más hijos, más tiempo de baja. En el Reino Unido, el padre y la madre se lo pueden transferir y pueden sumar hasta un año, en Italia tienen cinco meses y en Portugal lo mismo.

Falta de ayudas

Sin embargo, la baja natalidad española no sólo se debe a las bajas, sino a la falta de mecanismos de conciliación. Con respecto a las ayudas, aquí sólo se dan 100 euros mensuales hasta que el niño tiene tres años, aparte de algunos cheques mensuales, mientras que esta cifra es mucho más elevada en otros países. Además, tampoco existen servicios de cuidado infantil públicos y las empresas tampoco tienen ninguna normativa con respecto a los mecanismos de conciliación.

Las das, las más afectadas

 

La brecha de género que viven las mujeres al mercado laboral se acentúa mucho cuando deciden tener hijos. Según el informe de Impacto de Género del Estado, al tener criaturas la carrera profesional de las mujeres se hunde todavía más en la precariedad, mientras que los hombres refuerzan sus carreras. Cuando una mujer es madre, la brecha llega a ser del 28% en el nacimiento del primer hijo. Eso se traduce en el hecho de que los ingresos laborales brutos de las mujeres disminuyen un 11,2% durante el primer año después de la maternidad y en cambio, las ganancias de los padres aumentan un 0,15% en este mismo periodo. Y es que de todos los contratos a tiempo parcial, el 25% son mujeres que lo hacen para cuidar de los hijos, mientras que en el caso de los hombres este porcentaje es del 3,5%. El 95% de trabajadores que directamente han dejado su trabajo son mujeres.