El Gobierno español prepara un cambio profundo en la alimentación que reciben niños y adolescentes ingresados en hospitales: quiere retirar completamente los alimentos ultraprocesados de sus menús, desde bollería industrial hasta zumos azucarados. La medida formará parte del real decreto que el Ministerio de Derechos Sociales y Consumo está ultimando para establecer criterios de alimentación saludable en centros sanitarios y residencias de personas mayores.

El anuncio lo ha hecho el ministro Pablo Bustinduy en un acto dedicado a la obesidad organizado por el Ministerio de Sanidad y la Organización Mundial de la Salud. Durante su intervención, ha explicado que el texto en el que trabaja el gobierno no solo afectará a los menús de los pacientes pediátricos, sino también a los menús infantiles que se ofrecen en cafeterías y comedores abiertos al público dentro de los hospitales. El objetivo es limitar al máximo la disponibilidad de productos de escasa calidad nutricional en estos espacios.

El real decreto fijará criterios mínimos de calidad y sostenibilidad que deberán guiar tanto la compra como el servicio de alimentos y bebidas. Según Consumo, los productos que quedarán restringidos son aquellos de “elaboración industrial compleja”, con ingredientes transformados o adictivos y un perfil nutricional pobre, especialmente cargados de grasas saturadas, azúcares o sal. Entre los ejemplos constan snacks, pastelería industrial, galletas y bebidas azucaradas, algunos de los alimentos más habituales en máquinas expendedoras o menús rápidos.

Bustinduy ha remarcado que el sector público “debe liderar la transición hacia entornos de alimentación saludable”, y ha defendido que la iniciativa responde a un “clamor social y por parte de la comunidad científica”. En este sentido, ha alertado que “el consumo creciente de alimentos representa una amenaza sistemática para la salud pública, la equidad y la sostenibilidad ambiental”.

El Ministerio de Derechos Sociales y Consumo recuerda que organismos internacionales como la OMS y UNICEF hace tiempo que alertan del aumento continuado del consumo de ultraprocesados, especialmente entre los más jóvenes. Ambos organismos advierten que esta tendencia representa una “amenaza sistémica para la salud, la equidad y el bienestar infantil”, una alerta que el gobierno quiere abordar con políticas que transformen el entorno alimentario de los centros públicos.

La normativa todavía está en fase de redacción, pero el ministerio confía en que, una vez aprobada, contribuirá a reforzar la lucha contra la obesidad infantil y a impulsar hábitos alimentarios más saludables en los espacios públicos, empezando por los hospitales.