Pocas horas después de que se confirmaran dos casos de peste porcina africana en jabalíes muertos en Collserola, el Govern de la Generalitat ha reconocido que el impacto económico de este nuevo escenario será "grande", pero destaca que la respuesta ha sido rápida, recordando a la ciudadanía que es una enfermedad que no se transmite a los humanos y que el consumo de productos cárnicos es "completamente seguro". Así lo ha manifestado el conseller de Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, Òscar Ordeig, acompañado de Esteve Fernández Muñoz, secretario de Salut Pública, Elisenda Pérez, directora general de Agents Rurals y Francesc Accensi, investigador del IRTA especializado en esta enfermedad, poniendo el foco en la necesidad de contener el brote y pidiendo la colaboración de la ciudadanía para evitar situaciones de riesgo. "Hay conocimiento y sabemos todo lo que hay que hacer, pero no debemos negar que el impacto será grande", ha defendido el conseller, explicando que se ha establecido un radio de 20 kilómetros respecto del lugar donde se detectaron los positivos. A estas alturas todavía resulta una incógnita cómo puede ser que se hayan infectado dos animales en esta zona, ya que desde 1995 España era un país libre de peste porcina, y los expertos avisan de que puede ser que sea una pregunta que quede sin respuesta, como ya ha sucedido en otros lugares del mundo. A pesar de las tareas de contención que ya se han puesto en marcha, Asensi ha reconocido que las posibilidades de que haya más casos de esta enfermedad en cerdos y jabalíes son "elevadas". 

Protocolos activados

El conseller ha querido poner de relieve que hasta ahora no se ha detectado ningún positivo de la enfermedad en granjas y que estas son un espacio con muchas medidas de seguridad y trazabilidad, lo que aporta más garantías para evitar que entre. Con los dos positivos se han activado todos los protocolos, lo que implica que se deben frenar todas las exportaciones internacionales de carne y productos porcinos inmediatamente, aunque se trate de un brote localizado, motivo por el cual Ordeig ha avisado de que el impacto será "grande". Con las exportaciones extracomunitarias cerradas, el conseller ha explicado que será el ministerio quien deberá negociar cómo se pueden recuperar estos mercados.

Desde la detección de los dos positivos se ha establecido el radio de 20 kilómetros para contener de "manera urgente y prioritaria la propagación de posibles animales afectados". En esta zona, los agentes rurales están buscando cadáveres de jabalíes para detectar posibles animales contagiados. Además, en este radio hay 39 granjas afectadas, a las cuales se les aplicarán restricciones. En el caso de que se detectara un caso en una explotación, hecho que todavía no ha sucedido, se tendrán que sacrificar todos los animales afectados y de contacto. Como se trata de una enfermedad "altamente contagiosa" los expertos contemplan la posibilidad de que haya más animales infectados. 

Sin peligro para la salud pública

Uno de los mensajes principales que ha querido transmitir el Govern en esta rueda de prensa es que, a pesar de que se trata de una situación compleja y delicada, estos dos casos de peste porcina detectados en Collserola no suponen, en ningún caso, un peligro para la salud pública. "Es una enfermedad de los animales, no salta a las personas ni supone un riesgo para la salud pública", ha subrayado Esteve Fernández, reiterando que el hecho de consumir productos de un animal infectado tampoco es peligroso. "No hay ninguna información oculta. Tiene su impacto en el sector, pero podemos estar seguros", ha resuelto.