La carrera para la vacuna no ha hecho más que empezar. Primero fue el anuncio de Rusia y después vino el de China. La rapidez para encontrar la vacuna ha suscitado, también, dudas y preguntas por si, todas ellas, han pasado o no las fases antes de poder producirse. En el caso de la vacuna rusa, la OMS ya advirtió que habría que verificarla porque según algunos expertos, no habría completado todavía la tercera fase que toda vacuna tiene que superar con éxito. En el caso de la vacuna china, los investigadores habrían confirmado que el proyecto de vacuna se encuentra en su tercera fase, es decir, la última antes de su implementación.

La mayoría de los expertos coinciden con el hecho de que una vacuna infectiva es peor que ninguna. Precisamente por este hecho, los científicos remarcan la importancia de superar todas las fases con éxito. A muchos expertos les preocupa en especial la vacuna rusa porque no ha sido testada a miles de personas con el fin de poder determinar la eficacia y seguridad, que es precisamente lo que pasa en una tercera fase de pruebas. En un artículo de la BBC, los expertos detallan que es "crucial que (la vacuna) supere la fase 3 antes de ser distribuida".

"De esta manera se obtiene más información sobre la seguridad al mismo tiempo que se consiguen más datos sobre la capacidad real para proteger contra la enfermedad", explica Ian Jones, profesor de Virología de la Universidad de Reading, en Reino Unido. Una vacuna "hasta que no la pruebas en un grupo mayor de personas no sabes si generará una respuesta inmune suficientemente buena por proteger contra la enfermedad" y además, si no protege "se corre el riesgo de dar falsas esperanzas a la gente y que continúe la circulación del virus".

¿En qué puede ayudar la vacuna?

El experto detalla que las vacunas pueden producir dos cosas. En primer lugar, es posible que ofrezcan anticuerpos que detienen la entrada del virus. Aunque el virus intenta infectar no puede porque la vacuna ya ha generado una respuesta.

laboratorio efe

Laboratorio de Buenos Aires / Efe

La segunda opción, detalla Jones a la BBC, es que el virus consiga infectar pero la vacuna haga que sea mucho más leve. En este caso, el virus no se detendría y seguiría circulando entre la población porque no se impide que infecte, sólo que se reduce su capacidad de infectar o la violencia de la infección.

¿Qué pasa en una tercera fase?

La fase 3 es donde los investigadores buscan ver la eficacia de la vacuna y confirmar su seguridad. "En otras palabras, se busca la reducción real de los casos de la enfermedad en el número de personas que fueron vacunadas comparado con el mismo número de personas que no recibieron la vacuna", según explica Jones.

En esta misma línea, el epidemiólogo Gideon Meyerowitz-Katz señalaba en un artículo publicado en The Guardian hace unos días, la viabilidad, precisamente, de la vacuna rusa, por no haber superado todas las fases. Según detallaba, hay hasta cuatro fases a la hora de dar por buena una vacuna. En una primera fase, la vacuna se administra a un pequeño grupo de personas en diferentes dosis para ver cuál es segura. En una segunda fase son un poco mayores, con grupos de centenares de personas y se hacen controles para asegurarse de que se está desencadenando una respuesta inmunitaria y también para comprobar si hay efectos secundarios.

Los ensayos de fase tres son los estudios más importantes antes de la obtención de licencia, por eso normalmente se habla de tres fases a la hora de testar una vacuna. De hecho, los de la tercera fase son los que prueban si una vacuna funciona o no. Asignan personas al azar en dos grupos, vacuna y placebo. Y los hacen un seguimiento durante meses para ver si las personas que han recibido la vacuna se infectan menos que las que no. Esta fase es la mayor, y participan decenas de miles de personas. Meyerowitz-Katz detalla el artículo que precisamente eso es lo que permite buscar los efectos secundarios.

Los ensayos de fase cuatro, posteriores a la obtención de la licencia, verifican si la vacuna causa problemas o patologías extrañas. Es posible que algún caso concreto de rareza no se llegue a detectar hasta el "paciente" 1.000.000. Es precisamente por eso que es tan importante, detallan los expertos, respetar todas las fases.