Durante todo el mes de julio se ha conmemorado la lucha contra las hepatitis virales para conseguir su manejo y, en el caso de la hepatitis C, la eliminación, acorde con los objetivos marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2030.

Para abordar la situación actual en Catalunya, los principales avances y retos, hemos podido hablar con el Dr. Joan Carles Quer, jefe de Servicio de Aparato Digestivo en el Hospital Joan XXIII Tarragona.

¿La primera es cuál es la situación actual de las virales en Catalunya? 
La situación de las hepatitis víricas en Catalunya no difiere a la del resto de comunidades. Hemos hecho un salto cualitativo y cuantitativo muy importante a partir de los nuevos tratamientos de las hepatitis, sobre todo de la hepatitis C. Esto nos ha permitido en los últimos 6 años tratar un número muy importante de pacientes y curarlos. Por otro lado, la situación es diferente en cuanto a la hepatitis B. La hepatitis B no es tan frecuente ni en Catalunya ni en España. Pero sí que es verdad que, como tenemos mucha inmigración de países de alta prevalencia de hepatitis B, pues nos encontramos con casos significativos que tenemos que detectar y controlar. 

¿Cuál es la hepatitis que mayor preocupación genera en la región?
Creo que todas nos preocupan. Evidentemente, la hepatitis C y la hepatitis B son las formas de infección que cronifican que pueden provocar hepatitis crónica y que pueden acabar desarrollando una cirrosis y un hepatocarcinoma, un tumor maligno del hígado y por lo tanto, son las que realmente nos preocupan cada una por su por su situación. La hepatitis C en estos momentos adquiere unas características un poco diferentes a las que teníamos hace 5 años. Nosotros antes teníamos lista de espera para tratar a los pacientes de hepatitis C, pero la llegada de los antivirales de acción directa, nos permitieran tratar a todos los pacientes independientemente del grado de lesión que tenían en el hígado, pues han hecho que en Catalunya también se trataran un número muy importante de pacientes. En cambio, la hepatitis B tiene otras connotaciones. La vacuna, dentro del programa de vacunaciones infantiles de Catalunya, permite evitar la infección en todos los infantes y la prevalencia de infección por el virus B es menor. Aunque debemos prestar atención a las personas que proceden de países con alta prevalencia de la infección pues hace que estén llegando casos portados de hepatitis B que tenemos que detectar. 

¿Cuál es la que más se ha avanzado? 
Evidentemente en la hepatitis C, debido a la irrupción de los nuevos tratamientos antivirales. Lo que tenemos ahora para tratar la hepatitis C tiene varias características muy sencillas: es por vía oral, son pastillas y se toman diariamente de una durante un periodo de tiempo muy corto entre 8 y 12 semanas. Se toleran perfectamente bien, sin casi efectos secundarios. Todo ello, acompañado de unas tasas de eficacia altísimas que están por encima del 95, 97%. Hoy en día, todas las hepatitis C que entran por la puerta de nuestra consulta las curamos. Ha sido un avance fundamental.

En la hepatitis B, estamos empezando a avanzar ahora en algunos aspectos. Estamos en una situación un poco diferente, pero la hepatitis C yo creo que es la que ha avanzado de forma más espectacular. 

¿Hemos experimentado también un avance en el diagnóstico de las hepatitis virales’
Esto ha sido también otro salto cualitativo importante. En el año 2018, aproximadamente, empezamos a implantar en las unidades en Catalunya, en nuestras unidades de patología, nuestros laboratorios, lo que llamamos el diagnóstico de la hepatitis C en un solo paso: cuando te hacías un análisis de sangre para ver si podías estar infectado por la hepatitis C, lo que se mira es el anticuerpo de hepatitis C. Pero es un marcador de contacto, no indica necesariamente infección. Entonces, cuando tú detectabas esto, tenías que volverle a pedir otro análisis al paciente pidiéndole la carga de virus, el ARN del virus C. Esto es lo que te permite detectar si hay infección activa o no. Hoy, en la mayoría de los hospitales de Catalunya, aplicamos lo que se llama diagnóstico de un solo paso. En la misma muestra, nuestros laboratorios han aprendido que es el anticuerpo sale positivo. Automáticamente le miran el ARN del virus C y esto permite detectar con mucha más rapidez. En el momento en que sale un caso de infección, el médico que ha solicitado la prueba recibe la alerta, pero también la unidad de patología, permitiendo que los pacientes no se pierdan por el camino y los podamos tratar y curar. 

En cuanto a la hepatitis B, además de la vacuna, otro avance es que algunos pacientes con hepatitis B están sobre infectados por el virus de la hepatitis Delta, que empeora el pronóstico de la enfermedad y desarrolla una lesión más severa en el hígado. Para ello, también hemos generado una estrategia de diagnóstico en un solo paso, de manera que en el laboratorio automáticamente nos miran si ese paciente que han diagnosticado de hepatitis B puede tener una hepatitis delta asociada. 

¿Qué barreras existen actualmente para erradicar las virales y cómo pueden superarse? 
Necesitamos abrir la puerta de las de nuestras unidades e ir a buscar pacientes que están ocultos y perdidos en el sistema. Es el principal obstáculo en la hepatitis C, los casos que quedan por tratar. La gente que se infecta por el virus de la hepatitis C no se entera de que tiene la infección. Este virus cronifica en el hígado y tú lo puedes tener y no tener ningún tipo de síntoma. ¿Entonces hay que ir a buscar a estas personas? Pues en estos momentos la gran dificultad es que los núcleos en donde nos quedan pacientes con infección oculta de virus G son lo que podríamos denominar población vulnerable. 

¿Qué acciones desarrolladas en Catalunya destacaría?

Pues tengo la suerte de ser el coordinador de un grupo en los hospitales del Instituto Catalán de la Salud. Somos 8 hospitales en el que trabajamos estrategias para ir precisamente a buscar estos casos ocultos y perdidos en el sistema de acuerdo, entonces la base de las estrategias en este momento es lo que nosotros llamamos el trabajo multidisciplinario. Solamente los hepatólogos no podremos, sin la actuación conjunta. Entonces necesitamos la ayuda, la colaboración y el trabajo compartido con otros dispositivos sanitarios. Por ello, hemos creado ya una red de compañeros, sobre todo en atención primaria. Es lo que llamamos referentes de primaria, expertos en enfermedades hepáticas.