Viajar puede ser una experiencia enriquecedora y llena de momentos inolvidables, pero cuando se hace con un familiar que sufre demencia, también puede presentar retos que requieren una cuidadosa preparación y una sensibilidad especial.
A pesar de las dificultades, con una buena planificación y actitud flexible, es posible disfrutar de un viaje seguro y agradable para todos. A continuación, el doctor Illán, del Hospital El Pilar, te da consejos para que disfrutéis al máximo las vacaciones.
Consejos para viajar con personas con demencia
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Es más recomendable que se viaje a sitios que pertenezcan a su pasado, ya que el familiar se encontrará más seguro y es menos probable la desorientación o los cambios de conducta.
- Planea un viaje a un lugar cercano, de tal forma que, si no se adapta, podáis volver pronto y de manera fácil.
- Es importante flexibilizar el viaje y las actividades a realizar, adaptándote a su cansancio. Explícale lo que hará en cada momento, se sentirá más seguro.
- Si viajáis en coche, es recomendable que otra persona acompañe al paciente, además del conductor.
- Haced paradas por el camino cada hora u hora y media, para poder descansar, estirar las piernas, hidratarse bien y comer algo. Esto es especialmente importante en pacientes con diabetes o problemas circulatorios.
- Prepara con suficiente antelación la medicación a llevar, calcula que le sea suficiente (e incluso un poco más por si pierde algún comprimido) y sigue las mismas rutinas respecto a su tratamiento. Lleva también algún informe actualizado de sus antecedentes personales y ten localizado el lugar de atención sanitaria más cercano.
- Intenta que los lugares a visitar sean tranquilos, sin sobresaltos ni excesivo bullicio, ya que suele alterarlos mucho. En este sentido, jugar con los nietos puede ser muy bueno para él, pero también pueden cansarle. Hay que vigilar que no le sobrecarguen y explicar a los niños de forma adaptada la situación.
- Es muy importante que siempre vayan acompañados e identificados con un teléfono de contacto porque es muy fácil que se desorienten. Nunca hay que dejarlos solos. Es recomendable además algún sistema de geolocalización (móvil, reloj...).
- Es una buena idea llevar al destino de vacaciones un objeto familiar o cualquier elemento que forme parte de su entorno más cotidiano: su cojín habitual para la siesta o alguna foto que este siempre en su salón, por ejemplo.
- Intentar mantener, en la medida que sea posible, las rutinas diarias, especialmente en alimentación, descanso y actividad.
- Deja algo de iluminación por la noche por si tiene que levantarse al aseo.
- Son muy recomendables las actividades de reminiscencia (tertulias, ver fotos, visitar sitios conocidos…) o los paseos en familia.
- Debe tenerse en cuenta también la importancia del descanso y la desconexión del cuidador principal. Por eso es necesario que pueda contar con el apoyo de familiares, cuidadores contratados o amigos, que estén informados del estado del familiar con demencia, para evitar situaciones comprometidas y puedan quedarse con él/ella, si el cuidador decide realizar otra actividad en ese momento.
- Dentro de lo posible, deben evitarse los cambios de entorno frecuentes. Si, por ejemplo, debe pasar temporadas con cada hijo, es mejor que estos cambios se realicen cada dos semanas que cada semana.