El domingo los catalanes están convocados en las urnas para decidir si Catalunya se convierte en un estado independiente. 5,3 millones de ciudadanos podrán ejercer su voto, pero no todos se acogeran a este derecho. El joven, catalanohablante y residente en poblaciones de medias y pequeñas es el más movilizado para participar en el referéndum; por contra, hay un grupo de individuos maduro, castellanohablante y urbano que rechaza frontalmente el referéndum.

A partir del cruce de datos del último sondeo del Centre d'Estudis d'Opinió (segunda oleada), se puede hacer una radiografía de los dos catalanes: el votante del 1-O y el que optará por quedarse en casa. El más joven y el adulto, el votante de Junts pel Sí y la CUP, catalanohablante y residente en un pueblo de menos de 150.000 habitantes sería el retrato robot del movilizado para el 1-O, mientras que la gente más mayor, el partidario de PSC y PP y residente en poblaciones más grandes, urbanas, es el que niega la votación.

De entre todos los que aseguran tener intención de votar este domingo, hay grandes diferencias entre los que votarán 'Sí' o 'No'. El votante favorable a la independencia catalana es el votante de Junts pel Sí y la CUP, aunque también existen apoyos entre los comunes. También gana la independencia entre los jóvenes y los adultos, las personas con estudios medios y universitarios, la población residente a Barcelona y en poblaciones de menos de 50.000 habitantes.

Por el contrario, el votante de C's, PSC, PP —e incluso CSQP— es el más contrario a la independencia. La misma tendencia se presenta entre las personas con estudios elementales, las personas mayores (más de 70 años), los castellanohablantes y la población residente en una ciudad de entre 150.001 y un millón de habitantes.