Un incendio forestal amenaza la ciudad de Marsella, la segunda más importante de Francia. El fuego, que ha empezado este martes en la población de Pennes-Mirabeau, ha avanzado sin control empujado por el fuerte viento de mistral y favorecido por unas temperaturas superiores a los 30 grados y una vegetación seca. Su proximidad con Marsella ha obligado a cerrar el aeropuerto, uno de los principales del país, así como a pedir el confinamiento de las miles de personas que viven en los barrios situados más en el norte de la ciudad. Se les ha pedido que se queden encerrados en casa y no salgan a la calle, así como que no abran puertas ni ventanas para que no entre el humo. Las autoridades también han ordenado los confinamientos a los vecinos de la población más próxima al incendio, Pennes-Mirabeau, se ha pedido que se dejen las carreteras libres para que accedan los servicios de emergencias y se recomienda no intentar autoevacuarse en contra de las directrices marcadas por los equipos de emergencias.
Miles de personas confinadas y el aeropuerto cerrado
El fuego se ha iniciado esta mañana, pocos antes de las diez, junto a la autopista A-522, en un cruce con las autopistas A-55 y A-7. El humo y las llamas han obligado a cortar las tres carreteras, así como la circulación de trenes entre Miramas y Le Estaque. Según apunta el medio local La Marseillaise, el origen del fuego sería un vehículo que se habría incendiado, pero las llamas han cogido vegetación forestal que había al margen y ha empezado a avanzar a gran velocidad y sin manera de poder controlarlo. En estos momentos hay trabajando 62 dotaciones terrestres, seis vehículos movilizados por mar y dos helicópteros, con un total de 168 efectivos. El denso humo que se ha instalado en la zona hacia el mediodía ha obligado a cerrar el aeropuerto de Marsella, cosa que ha obligado a desviar quince vuelos que se estaban dirigiendo allí hasta los aeropuertos de Niza, Montpellier, Nimes y Lyon. Los únicos que pueden despegar y aterrizar en las instalaciones son los medios aéreos de los equipos de emergencias.
El fuego también ha obligado a confinar por precaución los miles de vecinos que viven más al norte de la ciudad, en el distrito 16, a quienes se les ha pedido que no salgan en la calle por precaución. Sin embargo, el resto de la ciudad puede hacer vida normal, aunque la nube de humo es visible desde varios kilómetros de la redonda. Toda la costa mediterránea francesa está en alerta por incendios forestales y los bomberos trabajan con toda su capacidad para intentar controlarlo tanto pronto como sea posible. De hecho, no es el único incendio de estas características que hay activo, ya que en la zona de Narbona hay otro incendio similar que ya ha quemado más de 2.000 hectáreas y ha dejado a una decena de heridos.