Mientras en la Casa Blanca Donald Trump y Benjamin Netanyahu discuten la consecución de un posible alto el fuego en Gaza, la violencia se intensifica en otro de los puntos calientes de la región: el Yemen. Pocas horas después de un ataque hutí —la milicia apoyada por Irán, que se concentra, sobre todo, delante de las costas del mar Rojo— contra un barco comercial que se dirigía al canal de Suez, Israel ha bombardeado este lunes objetivos concretos en todo el país.

Según un informe del ejército británico, la embarcación asaltada, que transportaba hierro de China a Turquía y había hecho escala en Israel, fue objetivo de ataques por parte "de un conjunto de pequeños barcos que abrieron fuego con armas pequeñas y granadas autopropulsadas", y empezó a hundirse poco después. Afortunadamente, un barco mercante que pasaba por la zona pudo rescatar a todos los miembros de la tripulación y, finamente, no hubo heridos. Pocas horas después, la fuerza aérea israelí envió cerca de 20 aviones de combate a objetivos hutíes, atacando tres puertos yemeníes y una central eléctrica. Según Tel Aviv, la operación fue una respuesta a los "ataques repetidos" de los hutíes contra los intereses de Israel. "El Yemen será tratado como Teherán. Cualquiera que intente hacer daño a Israel será golpeado, y cualquiera que levante una mano contra Israel le será cortada", aseveró este lunes el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, en un comunicado oficial.

La milicia que no capitula nunca

Desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás, los hutíes han disparado misiles contra Tel Aviv y han atacado o secuestrado muchos de los barcos mercantes que atraviesan el mar Rojo. Las hostilidades se redujeron sustancialmente durante el breve alto el fuego a principios de año y, poco después, los hutíes decretaron una pausa en los ataques contra los barcos que transitan diariamente por el importante corredor marítimo. Sin embargo, a principios de mayo, Estados Unidos lanzó una oleada de misiles contra objetivos hutíes, en una operación calificada de "decisiva y poderosa" por el mismo Trump. El republicano aseguraría poco después de que la milicia "había capitulado" y "no quería luchar más". Esta última escalada parece indicar, sin embargo, que el grupo rebelde del Yemen todavía está lejos de poner fin a sus actividades al mar Rojo, a pesar del constante esfuerzo de la Casa Blanca por proteger el transporte marítimo global.

Los hutíes, además, cuentan con el apoyo de Teherán, que alimenta a la milicia con financiación, armas y formación. Después de este último intercambio de hostilidades con Tel Aviv, el grupo ha asegurado que seguirá atacando barcos vinculados a Israel o que se dirigen a puertos israelíes. Hace tan solo dos meses, Trump, después de anunciar el éxito de su campaña de bombardeos sobre el Yemen, se burlaba de la milicia y aseguraba que ya no suponía un peligro: "Por favor, no nos bombardeéis más y no atacaremos más vuestros barcos", decía al republicano en tono jocoso, imitando lo que, según él, pensaban los hutíes. Por lo visto, el grupo rebelde del Yemen todavía están lejos de deponer las armas definitivamente y suplicar clemencia a Washington. 

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