El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha recordado, un año después, el retorno, momentáneo, del president Puigdemont del exilio. Era un 8 de agosto y se tenía que celebrar el pleno de investidura del líder del PSC, Salvador Illa. La intención de Puigdemont era volver, tal como había repetido durante la campaña electoral, para asistir al pleno de investidura como diputado y jefe de la oposición, pero un gran dispositivo policial evitó su entrada al parque de la Ciutadella de Barcelona. Sin embargo, centenares de independentistas lo recibieron en el Arc de Triomf, donde Puigdemont dirigió un discurso con su frase de: "¡Todavía estamos aquí!" Un año después, Turull asegura que vivió unos de los días de "mayor intensidad" al lado del president Puigdemont. "Los justicieros con toga, y sus colaboradores y altavoces, salivaban imaginando al president en la prisión", recuerda Turull en un tuit en X, desde donde afirma que, entonces, "la represión no hacía vacaciones", pero "la confrontación, tampoco". "Una vez más, el aparato represor del Estado se quedó con un palmo de narices", rememora Turull.

Turull, protagonista en el retorno de Puigdemont

El secretario general juntaire tuvo un papel muy importante en el retorno de Puigdemont a Barcelona. Lo acompañó en todo momento, en la ida y la vuelta, hasta el punto de que se registró como abogado. Concretamente, llegaron a la calle de Trafalgar por el pasaje de Sant Benet y desde allí se dirigieron —rodeados por decenas de personas y del núcleo duro de Junts— hasta el escenario, donde Puigdemont hizo su declaración institucional. A pesar de las intenciones del presidente juntaire de asistir al pleno de investidura, Puigdemont se esfumó ante 300 agentes en un coche Honda de color blanco, donde subió, junto con Turull, y desaparecieron a ojos de los Mossos d'Esquadra, a pesar de los helicópteros y drones activados.

Días más tarde, Turull explicó que aquel 8 de agosto el president no se marchó de Barcelona hasta las 20 h de la noche. El retorno de Puigdemont, por eso, empezó los días 2 y 3 de agosto, cuando Turull y Puigdemont elaboran el plan del president en el exilio para volver. Entonces, quedaron el martes 6 de agosto de 2024 en la Catalunya Nord. "Aquellos dos días hablamos mucho de la prisión porque él estaba convencido de su compromiso de ir al Parlament, y estaba convencido de que una vez entrara en el Parlament lo detendrían", aseguraba Turull. Aquel 6 de agosto cogen un coche y los dos ponen rumbo hacia Barcelona y durante aquella noche llegan a un piso en torno a Arc de Triomf. El 7 de agosto, explicó Turull, fue un día "tranquilo", en el cual el president se dedicó a la lectura. Al día siguiente, una vez ven el despliegue policial, deciden evitar la entrada al Parlament.