Nueva polémica en Ripoll. La oposición en bloque, formada por Junts, PSC, ERC, CUP y Som-hi, ha abandonado el pleno este miércoles sobre las 21:30. ¿El motivo? La alcaldesa de la capital del Ripollès, Sílvia Orriols, exigía que todos los grupos votaran por unanimidad favorablemente a una propuesta que pretendía mejorar las condiciones del 80% de la plantilla con un coste público de 400.000 euros en los próximos 7 años con la explicación de que afecta a más mandatos y que podría haber otro alcalde. Orriols ha acabado retirando este punto del pleno ante la voluntad de los 11 concejales de la oposición de abstenerse a la propuesta con el argumento de que se les envió el documento el jueves por la noche y que no habían tenido tiempo para estudiarlo a fondo. Si Orriols no hubiera retirado la propuesta, esta habría salido adelante con los seis concejales de gobierno.
La líder de Aliança Catalana ha subido el tono este miércoles por la mañana y ha asegurado que han dado la orden para que ningún concejal de la oposición cobre este pleno. "Los trabajadores no cobran si abandonan el puesto de trabajo", ha asegurado Orriols a través de un tuit, con el que ha acusado a la oposición de "abandonar sus funciones y responsabilidades" y de "dejar sin representación a su electorado".
La oposición acusa a Orriols de "chantaje"
La oposición ha acusado a Orriols de "chantaje". El jefe de la oposición en el Ayuntamiento de Ripoll y líder de Junts, Ferran Raigón, ha asegurado que se han sentido "menospreciados" por Orriols. “Querer obligarnos a votar lo que quiere la señora Orriols, que creemos que es una actitud que no es propia ni de democracia ni de ninguna institución pública”, dijo Raigón. "O me votan todos lo que yo creo, o no vamos ni a votar", dijo Raigón, que acusó a Orriols de poner obstáculos a la hora de sacar adelante la iniciativa. Entre los que hablaron también abiertamente de "chantaje y coacciones" estaba el portavoz del PSC, Enric Pérez, diciendo que no les podía exigir el voto a favor después de "no haberles dado margen para trabajar la propuesta ni participar en ella, no es admisible".
ERC, de entrada, tenía la intención de votar a favor, pero después de escuchar los argumentos de Orriols también optó por abstenerse. La alcaldesa se defendió asegurando que después habría los 15 días de alegaciones para introducir modificaciones. El concejal de Som-hi Ripoll, Joaquim Colomer, reprochó a AC que hubiera promovido proyectos con un coste económico superior sin exigir en ese momento unanimidad. “Si ahora no lo quieren aprobar, es responsabilidad suya; no carguen la culpa a la oposición”, dijo, insistiendo en que gobernar implica velar por el conjunto de Ripoll, también “por aquellos que no les han votado”. Además, añadió que “quien está generando el espectáculo y frenando el avance de Ripoll es usted, porque el consenso no existe”.
En una línea similar se pronunció, antes de marcharse, el portavoz de la CUP, Jordi Hostench: “Estamos llegando a unos niveles que alimentan el desencanto hacia la política municipal, faltando de manera constante al respeto a los otros partidos, negándonos la posibilidad de participar en cuestiones que afectan al ayuntamiento (...) pero cuando llega el momento, nos ponéis un chantaje sobre la mesa para que votemos a favor de vuestras propuestas”. Orriols, en respuesta, lamentó su marcha y los acusó de “no cumplir con las responsabilidades” que tienen como concejales.
Durante el pleno se explicó que el gobierno anterior, de Junts, ya había reservado dinero para este proyecto, y que en los dos últimos años el ejecutivo de AC y los representantes de los trabajadores habían hecho el trabajo técnico y las negociaciones que culminaron en un documento acordado y firmado por ambas partes. Ahora, sin embargo, todo ha quedado detenido a raíz de la retirada del punto del orden del día y el anuncio de la alcaldesa de que no lo volverá a someter a votación. El gobierno municipal continuó la sesión a pesar de quedarse en minoría, pero no pudo abordar cuestiones que requerían mayorías absolutas.
